El humilde cuarto en el que reposó estaba provisto del mobiliario básico para habitarlo: una cama, un ropero empotrado, un velador y su baño. Nada de lujos ni comodidades como nos imaginaríamos que goza el máximo representante de la Iglesia católica.
27 años después de la primera visita al país de un papa, EL DEBER recorrió las instalaciones de la parroquia San Antonio, donde descansó Juan Pablo II.
En la sala de la habitación hay una mesa de madera con un mantel blanco y en la pared está el retrato del papa y su escudo, con la fecha de su visita a Santa Cruz: del 12 al 14 de mayo de 1988.
El padre Reynaldo Brunderger indicó que los muebles que usó el Santo Padre se conservan en el lugar tal como cuando durmió allí.
La parroquia está ubicada en el barrio El Trompillo, calle Melquíades Barbery Nº 555 casi esquina La Barranca.
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