El papa Francisco apeló ayer a alcaldes de 65 ciudades del mundo a liderar el cambio que permita evitar la destrucción del planeta y les instó a recuperar la "conciencia ecológica" que hubo al principio de la creación.
El pontífice fue el anfitrión en el Vaticano de una reunión en la que los regidores de ciudades como Madrid, París, Bogotá, Sao Paulo, San Francisco y Nueva York fueron convocados para tratar de la "esclavitud moderna" y de los retos que plantea el cambio climático.
"La Santa Sede puede dar un bello discurso en Naciones Unidas, pero si no viene de vosotros, tanto de las grandes ciudades como de las pequeñas, el cambio no puede comenzar", les dijo Jorge Bergoglio.
ENCÍCLICA
El papa argentino defendió ante los regidores que su encíclica "Laudato si", en la que solicitó una "revolución" contra el deterioro del planeta, "no es una encíclica verde, sino una encíclica social".
Y eso, aseguró, porque "dentro de la vida social del hombre no se puede excluir de ninguna manera el cuidado del medio ambiente".
La cita del Vaticano se produce pocos meses antes de la cumbre que reunirá en París (la COP21) a líderes de todo el mundo con el objetivo de alcanzar un acuerdo para reducir el impacto del cambio climático.
CUESTIÓN CLIMÁTICA
Precisamente la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que alabó el documento papal sobre la protección de la Tierra, dijo que antes de la cumbre del 21 de diciembre convocará a los alcaldes del mundo para combatir lo que denominó "la desregulación climática" y pidió "acciones concretas" de los grandes municipios.
Hidalgo destacó la "potencia extraordinaria e inédita" de la encíclica papal y aseguró que "pesará con fuerza" en el debate mundial sobre la cuestión de la protección del medio ambiente.
La reunión de dos días en el Vaticano había sido convocada por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales con el título "Esclavitud moderna y Cambio Climático: el compromiso de las ciudades", con el objetivo de abordar estas dos "urgencias dramáticas" desde el punto de vista de los entes locales.
Según los datos ofrecidos por los organizadores, más de 30 millones de personas son víctimas de la esclavitud moderna en todo el mundo, "traficadas en un mercado abominable con ganancias ilegales que se estiman en 150.000 millones de dólares al año".
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