Sin embargo, Obrien Fabricio Jiménez Miranda, de 11 años, que cursa el sexto de primaria en el colegio católico Santa Ana de La Paz fue de los pocos que logró sacarse una selfie con el pontífice y ese es un material que no quiere compartir con ningún medio “porque fue un logro mío, mi selfie con el papa no la comparto con nadie. Si la comparto, ya todos la tendrían y perdería su chiste”.
“Yo creo que lo que pasó ese día fue de Dios. Le cuento que un niño antes que yo intentó sacar su celular, pero el presidente Evo Morales le dijo que no con el dedo. Yo me animé igual y obtuve la selfie”.
_¿Cómo fue que llegaste a estar tan cerca de Francisco?
No teníamos planificado asistir, iba a haber mucha gente y mi hermana menor tiene cinco años. Dos días antes, el director del Ballet Folclórico Nacional en el que bailo llamó a mi mamá y le dijo que teníamos que ir.
_¿Ya tenías el traje de machetero?
Cada niño debía representar a una región del país, a mí me tocó Beni. El traje lo alquilamos, pero las plumas, el sombrero y las tobilleras son del ballet.
_¿Te gustó la idea?
Obvio, nadie tiene la oportunidad de estar tan cerca.
_¿A qué hora llegaste?
A las 10:00, estaba muy emocionado, sabía que algo diferente iba a pasar.
_¿Y cuando lo viste?
¡Guau!, fue una gran emoción.
_Cuéntanos, ¿cómo fue que se te acercó Francisco?
Yo pensé que solamente me iba a dar la mano, como a todos, pero cuando me vio abrió los brazos. Yo lo abracé sin dudar.
_¿Qué sentiste entonces?
Paz. Como si estuviera con Dios. Se siente tranquilidad impresionante. Muy lindo.
_¿Qué te dijo?
Me hizo la señal de la cruz. Le regalé un rosario que tenía guardado en un chullu, él me dijo ¿es para mí?; respondí que sí y luego le pedí la selfie y aceptó.
_Hermosa experiencia...
Tuve premio doble, porque planeamos que los chicos iban a correr a abrazarlo, y lo hicimos, y así tuve dos abrazos
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