domingo, 12 de julio de 2015

Francisco se despide de Paraguay con un pedido de acoger a los fieles

Una extensa explanada, parte de un aeropuerto, sirvió de escenario para la segunda y última misa que ha dado el papa Francisco en territorio paraguayo, poco antes de concluir su visita pastoral por América Latina.

Miles de personas se concentraron en el lugar desde la madrugada y, como ayer llovió, una buen parte del área estaba llena de un barro profundo, al que muchos se vieron obligados a meterse. Algunos usaron botas y otros optaron por amarrarse bolsas en los pies para evitar ensuciarse.

El papa Francisco llegó a media mañana y luego de hacer su ingreso en papamóvil. En su homilía hizo énfasis en la necesidad de que los creyentes promuevan la hospitalidad.

“Cuántas veces pensamos la misión en base a proyectos o programas. Cuántas veces imaginamos la evangelización en torno a miles de estrategias, tácticas maniobras, artimañas, buscando que las personas se conviertan en base a nuestros argumentos. Hoy el Señor nos los dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias con las tácticas, sino aprendiendo a alojar”, reflexionó desde un imponente altar construido a base de productos típicos de Paraguay como el maíz, coco, calabaza, semillas de girasol, de poroto, de soya, lentejas y arvejas.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, llegó el sábado por la noche hasta Asunción para participar de la celebración eucarística.

Algunos feligreses acamparon en el lugar desde el sábado a fin de ubicarse en lugares más cercanos frente al altar. Otros llegaron presurosos en las primeras horas de este domingo para ver al papa.




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