El papa Francisco arropó a todos los niños que conviven con sus padres recluidos en el penal de Palmasola y dejó que algunos se acerquen y lo tomen de la mano en uno de los encuentros más emotivos y de mucha solidaridad del Sumo Pontífice en su visita a Bolivia.
Abrazo a los bebés que estaban en manos de sus padres y permitió que algunos niños lo acompañen en el acto que se realizó en un altar preparado en el campo deportivo de uno de las cárceles más hacinadas de Bolivia.
“El acercamiento de Francisco a todos los niños del penal ha tenido una significado especial no sólo para ellos sino para sus padres porque es un drama con el que conviven todos los días y son expuestos a peligros como violaciones y homicidio“, explicó el representante del Defensor del pueblo.
En 2014 se registraron cuatro casos de violación y estupro a menores en el interior del penal y el promedio de casos que se registran por año supera la decena, lo que obligó a restringir el ingreso de niños y que convivan con los padres, recordó.
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