viernes, 10 de julio de 2015

#PapaenBolivia Papa Francisco no se olvidó de “su amigo”

Con la intención de “saludar y expresar su solidaridad”, ayer por la noche el papa Francisco visitó al cardenal Julio Terrazas, en la clínica INCOR, centro hospitalario donde actualmente se encuentra internado el cardenal boliviano

“La decisión fue tomada porque el Papa preguntó por la salud del Cardenal y tomó la decisión de que él vaya a la clínica y no el Cardenal donde él pues lo considera un gran amigo y compañero religioso”, señaló Herland Vaca Diez, médico de Terrazas.

El sumo pontífice realizó una modificación en su apretada agenda y concluida su participación en el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares y se dirigió en un vehículo particular hasta el centro médico, en donde lo esperaban el cardenal y una muchedumbre de fieles católicos en las afueras.

La reunión que sostuvo Francisco con el cardenal Terrazas fue en privado y tras, aproximadamente 20 minutos, el pontífice abandonó la clínica con rumbo a la residencia del prelado vallegrandino, en donde pasó la noche por segunda vez consecutiva.

En junio, el cardenal Terrazas sufrió constantes malestares al punto de no poder recibir al papa a su llegada a la ciudad de Santa Cruz, situación que preocupó a la feligresía de la Iglesia católica del país.

El último problema que presentó el Cardenal fue hace dos semanas, cuando fue internado con un cuadro de deshidratación, para luego presentar una infección y problemas renales.

Para hoy el papa Francisco se dirigirá hasta la cárcel de Palmasola en donde ofrecerá una eucaristía y compartirá unos instantes con los reos del penal cruceño.

Está previsto que al mediodía el obispo de Roma abandone Santa Cruz para viajar a Paraguay donde finaliza la gira Latinoamericana.

Anécdotas

La jornada de ayer tuvo varias anécdotas, una de ellas fue el buen sentido del humor del sucesor de Pedro quien fue el principal orador en la clausura del II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, discurso que matizó con bromas e ironías que agitaron en sus asientos a los más de 1.500 delegados que asistieron al foro, entre ellos, un irrespetuoso "el cura habla mucho" para justificar su discurso de más de una hora.

El Sumo Pontífice ofreció, en esa cita con representantes populares de al menos 40 países, el mensaje más largo de los que pronunció en su visita a Bolivia, identificado plenamente con las demandas de inclusión, techo y trabajo de los movimientos sociales.

Firme en sus convicciones, pero fiel a su buen humor, matizó sus dichos con frases directas y ocurrentes que fueron saludadas por el auditorio con risas, aplausos y signos de aprobación.

Al concluir les pidió a los delegados que recen por él y sino que, al menos, le echen "una buena onda".

"Pido que recen por mí y si alguno de ustedes no puede rezar con todo respeto le pido que me piense bien y me mande buena onda", remarcó ante el aplauso sostenido de los asistentes.

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