“Es algo que él (Luis Espinal) había diseñado. No era un símbolo conocido. Ni los obispos ni los jesuitas conocían este símbolo particular”, declaró en una rueda de prensa el vocero del Vaticano una vez que concluyó la eucaristía celebrada por Francisco frente al Cristo Redentor.
Morales sorprendió al Papa cuando le impuso dos condecoraciones, le entregó una sotana, un libro y un tallado de un Cristo crucificado en una hoz y un martillo, una escultura que el padre Luis Espinal diseñó como una muestra de su compromiso con las luchas sociales.
Según El Deber, El Papa dijo, al ver la escultura “esto no está bien”. De hecho, el rostro de Francisco denotaba sorpresa y confusión.
Según Xavier Albó, sacerdote jesuita que fue muy amigo de Espinal, la escultura no representa un respaldo de éste al comunismo sino un deseo de unir al movimiento obrero con el cristianismo.
“Es algo que él (Luis Espinal) había diseñado. No era un símbolo conocido. Ni los obispos ni los jesuitas conocían este símbolo particular”, declaró en una rueda de prensa el vocero del Vaticano una vez que concluyó la eucaristía celebrada por Francisco frente al Cristo Redentor.
“Viene de él (Luis Espinal). Más no tenía una significación ideológico particular, es más su deseo de diálogo por el empeño de la liberación y el progreso del país”, comentó.
“No era algo que estaba previsto por el Papa”, explicó de manera insistente y, dijo que tampoco era de conocimiento del Nuncio Apostólico, Giambattista Diaquattro, aunque sostuvo que Francisco no tenía una opinión determinada sobre el regalo polémico que le ofreció Morales.
Aclaró que el Papa “nunca acepta condecoraciones”. El presidente Morales recibió a la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Palacio Quemado, el miércoles por la noche, encuentro en el que aprovechó para ofrecer una serie de regalos y condecoraciones.
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