Tarija y sus sanas creencias han cultivado en el alma de cada uno de sus habitantes la fe en Dios y en la virgen, y es muy habitual que grandes problemas económicos o de salud se encomienden a estas divinidades. La salud es algo que protegemos con gran celo, es así que cuando la opinión de los médicos profesionales no es muy alentadora, la esperanza es lo último que se pierde y es entonces cuando vamos en busca de un milagro. El programa “Encontraste” transmitido por PlusTv mostró el domingo por la noche un reportaje sobre un “lugar donde los milagros aún existen”.
Muchos de nosotros hemos oído hablar de curanderos, médicos naturistas y personas que tienen un don especial para curar. Empero, en el rincón menos pensado de nuestra tierra chapaca se esconde una gran historia. Marco Antonio Montellano, el “niño que cura”, como fue conocido en Tarija hace mucho tiempo atrás, ya tiene 24 años y 14 de los mismos los ha dedicado a aliviar enfermedades, desde que un extraño suceso ocurrió en su vida.
A pesar de que su casa está ubicada en Pampa Galana no es difícil llegar a ella, todo el barrio conoce a Marco Antonio. Cada vecino de ese lugar ha escuchado hablar de él, “vaya rectito y doble por el camino de tierra, a lo lejos verá un pequeño puntito blanco en el cerro, ahí es la casa del muchacho”, indica una vecina del lugar mientras apunta a lo lejos un cerro rocoso que por la distancia se ve muy pequeño.
El camino de tierra que conduce a la casa de Marco es accidentado y angosto, a los lados hay una gran cantidad de molles, churquis y chañares. Luego de tres curvas y 40 minutos de recorrido se encuentra su casa, una vivienda de adobe típica de Tarija, en cuyo costado del patio de tierra se alza un extenso maizal; del medio y a paso lento, sale un señor de aproximadamente 65 años se trata del padre de Marco Antonio.
Viste camisa azul, pantalón café, ojotas y sombrero tradicional, su contextura delgada parece haberle ayudado a vencer los años y su sonrisa a alegrarlos. “Díganme para qué soy bueno, háblenme claro porque tengo la cabeza limpia” dice sonriente mientras se saca el sombrero que oculta una vasta calvicie.
Camina y mientras toma asiento bajo un frondoso árbol, orgulloso nos cuenta cómo su hijo se dedicó a esta labor, relata que un día cuando Marco se encontraba jugando en uno de los cerros de la zona se le apareció la Virgen María Santísima del Milagro vestida de monja. “El mundo está abandonado y tú me tienes que ayudar a curarlo”, le dijo según relata.
Empero algo sorprendente que revela el padre de Marco es que junto a la Virgen se le apareció en espíritu, un “antiguo médico” que, según su relato, tiene 250 años, pesa 120 kilos y posee cinco profesiones: médico, psicólogo, abogado, ingeniero y aviador. “Su nombre es Mauro Montellano y él en espíritu guía a Marco Antonio en su labor curativa encomendada por la Virgen”, relata nuestro entrevistado, entretanto se acomoda para contarnos cómo reaccionó su familia entera cuando su hijo Marco les contó lo sucedido. “El día que mi hijo nos contó sobre la aparición de la Virgen y el ‘doctor antiguo’ nos sorprendimos mucho y dudamos. Entonces yo fui a un curandero y le pregunté si esto era posible, él me lo vio en coca y dijo que la aparición era cierta y desde ese entonces apoyamos a Marco en su nueva tarea”, cuenta su padre.
En el lugar donde se le apareció la Virgen María Santísima del Milagro la familia de Marco ha edificado una gruta construida con las propias manos de su padre. “Yo la construí para que mi hijo recuerde siempre donde se le apareció la Virgen”, dice y añade que en el mismo lugar se edificará una iglesia que se prevé comenzar a construir en abril.
En la casa de Marco a un costado de ésta se encuentra un viejo auto Renault 11 que su padre compró en Bermejo, cualquiera al ver el vehículo estacionado pensaría que está abandonado a su suerte, sin embargo éste se ha convertido en el consultorio del “niño que cura”.
El padre de Marco compró el vehículo hace más de 12 años y al ver que su hijo no tenía un lugar de atención para sus pacientes decidieron usarlo para este fin. “El auto andaba bien, yo viajaba en él pero esto es más importante”, dice.
Las atenciones y el sanatorio
Todos los sábados cerca de 200 personas se dan cita en este lugar para ser atendidas, los enfermos comienzan a llegar desde el viernes por la noche hasta el sábado por la mañana y deben hacer una larga fila hasta ser tratados. La labor de Marco termina a las doce de la noche en un trabajo sin descanso. “De uno en uno van entrando al auto y el tiempo que se les atiende depende de la dolencia”, cuenta un paciente de Marco.
Según relatan los enfermos la curación que él realiza está basada sobre todo en el reposo. Él atiende sólo los días sábados en su hogar y de lunes a viernes en algunos domicilios de quienes se encuentran en tratamiento. “Los pacientes vienen de todas partes de Bolivia como también del exterior”, dice.
Frente a la casa de Marco Antonio se levanta un gran galpón con amplios ventanales, a la construcción sólo le falta los detalles de mano de obra fina y la instalación de luz eléctrica. Se trata de un sanatorio donde se atenderá a todos los pacientes de Marco Antonio quien espera que la construcción esté terminada para el mes de abril.
“Esté será el lugar donde estarán internados los pacientes que reciben tratamiento, es para protegerlos del frío, del sol y seguir con la labor encomendada por la virgen” dice el padre de Marco.
Testimonio
Freddy Pacheco es un profesor que da clases en el colegio Bolivia él nos contó que padeció diferentes y fuertes males pero dijo que Marco Antonio lo salvó de sus dolencias. Cuenta que una vez que estaba a punto de morir el “niño que cura” lo sanó. Relata también que hace poco fue atendido por Marco y el progreso es muy grande.
Sobre el espíritu del “doctor antiguo” dice que sintió su presencia en las curaciones. “Cuando me trataron de la vesícula sentí como hablaban y vi al doctor Mauro Montellano, es así como se llama no pude ver bien su rostro pero estaba ahí”, cuenta Pacheco.
Añade que todos los días a las ocho de la noche Marco junto a Mauro realizan la visita a todos los hogares de los enfermos así estos se encuentren dormidos. “Es importante no salirse de la casa a esa hora porque si no te encuentran se pasan de largo”, manifestó.
Opinión de la iglesia
Sobre el tema el obispo de la diócesis de Tarija, Javier Del Río Sendino, prefirió reservarse su opinión, manifestó que conoce sobre el tema pero manifestó que no podría opinar debido a que recién en las próximas semanas se reunirá con Marco Antoni para analizar el caso. De la misma forma nos respondió el padre de la iglesia Perpetuo Socorro ubicada en Juan XXIII.
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