La Semana Santa es un tiempo propicio para el arrepentimiento, la reflexión, la reconciliación y la recapacitación personal, opinan dos sacerdotes consultados por Página Siete, acerca del espíritu de esta celebración católica.
De acuerdo con el padre Sebastián Obermaier, de la iglesia Cuerpo de Cristo, estos días en los que se revive la Pasión y muerte de Jesucristo son un tiempo en el que las personas “deben arrepentirse de sus pecados y tener limpio el corazón”.
“Cada católico debe confesar sus pecados en todo el tiempo de Cuaresma, para que el sacrificio de Jesús (Pasión, muerte y resurrección) llegue al corazón. Por eso es importante la limpieza de los pecados”, dijo el sacerdote.
Para lograr esa “limpieza del corazón”, el religioso aconsejó a las personas acudir a la iglesia más cercana a su barrio y cumplir con el sacramento de la confesión ante un cura. Recordó que hoy los católicos recrean la Última Cena de Jesús y también el lavado de los pies de los apóstoles.
“Con ese acto se simboliza y se muestra, primero, que la persona debe realizar un acto de servicio a otros, es decir que debe ayudar a su prójimo y, segundo, que tiene que ser humilde con todos sus hermanos”, sustentó.
Significado
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Es un periodo lleno de actividades litúrgicas, cuyo punto culminante está en el Triduo Pascual: jueves y viernes se conmemora la Pasión y muerte de Cristo; el sábado se lo recuerda en el sepulcro y el domingo se celebra su resurrección.
Según la tradición católica, el jueves se celebra la misa crismal y se visitan las iglesias de la ciudad, como evocación de la pasión de Cristo.
El Viernes Santo es un día de ayuno y el sábado es una jornada de vigilia a la espera de la resurrección, en domingo.
Según el sacerdote, como “Jesús murió por los pecados de todas las personas”, éstas deben reflexionar y recapacitar acerca de sus errores.
Reconversión
En la misma línea de Sebastián Obermaier, el padre Juan José Bustillo sostuvo que la Semana Santa es un periodo de renovación, de espiritualidad y de reconversión personal.
“Todos tenemos que perdonar, sentir cariño y aprecio hacia el prójimo y, sobre todo, debemos tener solidaridad”, dijo.
En este sentido, sugirió pasar momentos de paz, de armonía y de franco diálogo con el prójimo. “Es seguro buscar el bienestar social a base del diálogo”.
En criterio del sacerdote Bustillo, las vivencias de Semana Santa invitan a ser una mejor persona, “a sacar el dolor del alma y tener fe en Dios”.
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