Benedicto XVI nombró al cardenal español Julián Herranz, ex presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, como titular de la comisión que ha creado para esclarecer el llamado “Vatileaks”. Es decir, los recientes casos de filtraciones de documentos reservados vaticanos a los medios de comunicación.
Además de Herranz, de 82 años, forman parte de esa comisión cardenalicia los también purpurados Jozef Tomko, eslovaco, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de 88 años; Salvatore de Giorgi, ex arzobispo de Palermo , de 82 años.
“Tras la reciente divulgación en televisión, en los diarios u otros medios de comunicación de documentos cubiertos por el secreto de oficio, el Santo Padre dispuso la creación de una comisión cardenalicia para que realice una investigación en profundidad sobre esos episodios”, según informó ayer la Secretaría de Estado, equivalente a una Presidencia del Gobierno.
El Papa, “afligido”
La comisión se reunió este martes para establecer el “método y calendario de los trabajos”. Ya el pasado 16 de marzo, el arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, número tres de la Santa Sede, informó de la intención del Papa de crear esa comisión para esclarecer el caso de los documentos reservados filtrados que pusieron en la picota a la Curia Romana y que dieron una imagen “que no corresponde a la realidad”, según Becciu.
El arzobispo aseguró que Benedicto XVI se encuentra “afligido” por las filtraciones, que desataron una fuerte polvareda a nivel mundial y sobre todo en Italia, pero está decidido a esclarecer lo sucedido.
El número tres del Vaticano criticó la “deslealtad” y “bellaquería” de los eclesiásticos que filtraron esos documentos, personal de la Curia “que se ha aprovechado de su situación de privilegio para publicar documentos sobre los que tenían la obligación de respetar esa reserva”. Asimismo censuró el trabajo de algunos medios de prensa.
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