El papa Benedicto XVI, que ayer cumplió 85 años, ha afirmado que se encuentra en el “último tramo” de su vida, que no sabe “lo que le espera”, pero que sabe que la luz de Cristo “es más fuerte que cualquier oscuridad” y que ello le ayuda a continuar “con seguridad”.
El pontífice romano hizo estas manifestaciones durante la misa que ofició en la capilla Paulina, del Palacio Apostólico, ante unos 200 compatriotas alemanes venidos expresamente para felicitarle, entre ellos el ministro presidente de Baviera (Alemania), el socialcristiano Horst Seehofer, y los obispos de Baviera.
El papa Ratzinger, que este domingo pidió que recen por él para que pueda realizar la misión que Dios le ha confiado, subrayó ayer que agradecía “de corazón” a todos los que continuamente le hacen “percibir a Dios a través de su fe”.
Hablando en alemán y ante sus compatriotas, el pontífice dijo que santa Bernadette, la vidente de Lourdes, y Benito José Labre, un santo del siglo XVII conocido como el “peregrino de los mendigos”, son las dos figuras de referencia que ha tenido desde pequeño.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, aseguró que al Papa le preocupa la secularización, el olvido de Dios, el relativismo y la pérdida de referencia de tantas personas en la época moderna. Benedicto XVI celebrará el 19 de abril el séptimo aniversario de su elección como sucesor de San Pedro en el cónclave celebrado en 2005 tras la muerte de Juan Pablo II.
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