Como iniciación de la Liturgia Pascual, que recuerda la Vida y Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazareth, el 25 de marzo de 2012 se realizaron importantes actividades que marcan cambios en la Catedral Castrense “Nuestra Señora de Luján” en la zona de Irpavi. Una de ellas fue la renuncia al cargo de Obispo Castrense de monseñor Gonzalo del Castillo Crespo al cumplir 75 años de edad, de los cuales ha dedicado más de 11 años a dirigir el trabajo y misión de la Catedral Castrense, alta misión a la cual fue designado el año 2000 por el beato Papa Juan Pablo II.
Esta renuncia está de acuerdo con la disposición 4081 que señala el Comunicado de la Nunciatura.
En esta crónica deseo destacar la importante labor Apostólica realizada por monseñor del Castillo de la Orden de los Carmelitas Descalzos; Parroquia en la que trabajó mucho tiempo impartiendo conocimientos religiosos; hasta su nombramiento como Obispo Castrense cumpliendo con la organización y planificación de horario, programas de las diferentes ceremonias diarias y actos festivos que se desarrollaban. Hay un dicho que reza: “por sus obras lo conocereis” y la realizada marca para Monseñor una etapa importante, no sólo por la organización de estas actividades, sino por su labor humana, de bondad, de don al atender a los fieles en etapas de incertidumbre, dolor por la pérdida de sus seres queridos.
El pasado 25 de abril de 2012 dio vital vigencia la sentencia que dice: “la miel es mucha los obreros son pocos” al consagrar a 2 nuevos sacerdotes, quienes cumplirán importante labor en la atención espiritual a los miembros de las Fuerzas Armadas de la Nación junto a sus familiares. Se trata de los postulantes a los cuales monseñor del Castillo preparó durante estos años, Abraham Huanta nacido en Oruro y Raúl Bautista nacido en Achacachi, quienes con entusiasmo iniciaron su labor.
En fecha aún no fijada el Obispo Auxiliar de la Diócesis monseñor Óscar Aparicio Céspedes, asumirá como Obispo Castrense cumpliendo la designación del Santo Padre de Roma Benedicto VI.
Para Monseñor del Castillo, empieza una nueva etapa en su vida de investigación, estudio y profundización en la rica Historia de nuestra admirable Religión Católica y que Dios lo bendiga por su vida plenamente ponderable.
La Paz, 26 de abril de 2012.
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