miércoles, 20 de abril de 2011

La Iglesia capta más de 750 nuevos católicos por mes en Cochabamba

Luis tiene 26 años y acaba de ordenarse como Diácono (ministro eclesiástico inferior al sacerdote). Si todo sale bien, dentro de aproximadamente un año podrá llegar a ser sacerdote y consolidar su formación pastoral cristiana católica.

Es uno de los dos (o hasta tres) seminaristas que en promedio cada año alcanzan ese nivel de formación católica en Bolivia, cuyo destino será la conducción de algunos de los más de 750 nuevos católicos que, en promedio, se bautizan cada mes en Cochabamba y los 38.155 (952 más que en 2009) diáconos formados hasta el 2010.

Desde la Iglesia católica en Cochabamba se explica que ese dato es tan sólo uno de los indicadores que muestran cómo, por lo menos en los números, el paso de un Estado católico a uno laico que ha experimentado el país, no ha afectado dramáticamente la tendencia religiosa más tradicional de sus habitantes: la católica. Y que “contrariamente a lo que se sospecha”, el catolicismo continúa creciendo en las mismas proporciones que tradicionalmente lo ha hecho, tanto entre sus guías pastorales, como su comunidad religiosa y también sus nuevos miembros, explica Mariluz Bustamante, responsable de la Comisión de Justicia y Paz del Arzobispado de Cochabamba.

Esto también obedece a una tendencia mundial, según datos del Anuario Pontificio 2011, informe del Vaticano. Honny Villarroel, canciller del Arzobispado local, precisa mejor algunos datos y explica que en Cochabamba más de 750 niños son bautizados cada mes.

“En Cercado deben pasar los 100 (niños bautizados), en Sacaba los 150; pero en Quillacollo, por la devoción al santuario de la virgen de Urkupiña, son fácilmente más de 500”, explica.

ENTREGA La sonrisa en el rostro de Luis, las lágrimas en los ojos de sus padres, un espíritu festivo entre la concurrencia y la bruma del incienso, invadieron la Catedral Metropolitana de Cochabamba la tarde del pasado 22 de febrero, cuando los diáconos Luis Plaza y Héctor Terrazas lograron ordenarse después de 9 años de estudios filosóficos y adiestramiento pastoral.

Su padre, Luis Plaza, al igual que toda su familia y amigos aseguran sentirse orgullosos por la decisión de “Luisito” (como le dicen de cariño) y por la consecuencia que muestra con su entrega religiosa, a una forma de vida dedicada al servicio y ayuda a su comunidad, “que siempre cultivó desde muy niño”, como recuerda su madre Rosario Carvajal.

Dice también que desde que su familia llegó a Cochabamba, desde Oruro, Luis inmediatamente vinculó su tiempo libre a la Iglesia.

“Desde sus 7 años hacía su servicio de monaguillo en Mayorazgo. Mi hijo tiene el don de servicio a Dios y a la gente”, cuenta.

Luis recuerda que algunos de sus amigos solían burlarse de su convicción, pero también cuenta que después respetaron su forma de vida y ahora incluso lo apoyan y hasta lo admiran. Además señala cuán importante resulta el apoyo familiar.

Opiniones.
Luis Plaza

Diácono recién formado

Creo que la formación de la familia y la orientación de los párrocos y de todas las personas que se dedican al servicio del Señor es fundamental para que los niños y los jóvenes opten por una vida católica, pero ante todo una vida dedicada al servicio y a la comunidad cristiana. Creo que desde niño despertó esta vocación en mí por estas guías. La opción de vida que he tomado creo que llena de orgullo a mis amigos, a mi familia y pese a todas las tentaciones del mundo, la oración y la fidelidad al Señor son las claves para seguir adelante.

Rosario Carvajal

Madre de Luis

La vocación de las personas se ve desde que son niños. Mi hijo desde pequeño ha tenido esa vocación de servicio al Señor. Somos católicos y creo que siempre mi familia ha sido fuerte en esto. No creo que vamos a cambiar esta nuestra vida dedicada a Dios porque es nuestra forma de ser y de vivir, desde siempre.

Como madre estoy orgullosa de que mi hijo logre sus metas y que también sea un ejemplo para los jóvenes, pero sobretodo estoy orgullosa de que dedique su vida al señor y al servicio de la gente, en esta época que se necesita.

Diácono Cristian Rojas

Próximo a sacerdote

Creo que la Iglesia católica está en permanente desarrollo porque la gente se da cuenta que el camino de Cristo es el único que se debe seguir, incluso con las discrepancias con otras Iglesias.

Seguramente, la gente sabe o se da cuenta que Dios es una ayuda en los momentos más difíciles de la vida, es más ni siquiera entre cristianos se debería discrepar porque todos van por un mismo camino y guiados por un mismo Dios. La esperanza y cobijo que encuentra la gente en su Iglesia es la razón fundamental para que su desarrollo continúe.

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