Miles de peregrinos cristianos venidos de todo el mundo siguieron ayer con devoción la víspera de la crucifixión de Cristo en Jerusalén con la recreación de la Última Cena y la oración en el Huerto de Getsemaní.
Las distintas órdenes recrearon a primera hora de la mañana la ceremonia del Lavatorio de los Pies de doce miembros de la comunidad cristiana en la Iglesia del Santo Sepulcro, que alberga la piedra de la unción y la tumba vacía de Jesús.
El oficio, cantado en estilo gregoriano por los padres franciscanos, se prolongó con una procesión alrededor de la capilla del Santo Sepulcro, en cuyo interior quedó guardado el sagrado sacramento hasta hoy por la noche.
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