Miles de personas asistirán el domingo en la plaza de San Pedro a la beatificación de Juan Pablo II, que será proclamado beato por el papa Benedicto XVI tan solo seis años después de su muerte.
La beatificación del Papa polaco, que falleció el 2 de abril de 2005, a los 84 años, tras una larga enfermedad que el mundo siguió en directo, es el paso previo a la canonización y se lleva a cabo en un tiempo récord, inferior a los cinco años habitualmente necesarios para iniciar el proceso.
El nuevo beato, entre los papas que más tiempo han durado, transformó el rostro de la Iglesia en casi 27 años de pontificado.
Su beatificación será el Día del Trabajo, una coincidencia feliz ya que durante su juventud Karol Józef Wojtyla fue obrero metalúrgico, además de gran defensor del sindicato polaco Solidaridad, que dio lugar al movimiento en los años 80, contribuyendo a la caída del comunismo.
Unas 300.000 personas llegarán en trenes, aviones y buses a Roma para asistir a la ceremonia, la cual será presidida por uno de sus colaboradores más cercanos, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa.
Numerosas personalidades, entre ellas el presidente de México, Felipe Calderón; el primer ministro francés, François Fillon; la primera dama dominicana, Margarita de Fernández; asistirán a la beatificación.
La celeridad con la que el nuevo beato alcanza la gloria de los altares se explica por la "imponente reputación de santidad de la que gozó Juan Pablo II durante su vida, en su muerte y después de su muerte", explicó el Vaticano.
El operativo para garantizar la seguridad de la ceremonia ya está en marcha. El plan lo ha diseñado el comisario de Roma, Francesco Tagliente, que ha dividido la plaza de San Pedro y la Via de Conziliacione en tres áreas subdivididas en nueve microzonas, cada una de ellas vigilada.
Se podrá apreciar un relicario con su sangre
La reliquia de Juan Pablo II que se expondrá a la veneración de los fieles el 1 de mayo, con motivo de su beatificación, será una pequeña ampolla con sangre del papa Wojtyla colocada en un artístico relicario, informó ayer el Vaticano.
Como es normal en las beatificaciones, tras la proclamación se lleva al altar mayor una reliquia del nuevo beato y el Vaticano ha querido explicar ‘con precisión’, según un comunicado, el origen de la reliquia del papa Wojtyla que se expondrá.
En los últimos días de la enfermedad de Juan Pablo II los médicos que lo curaban le extrajeron sangre, que fue enviada al Centro de Hemotransfusión del hospital Bambino Gesú, propiedad del Vaticano, ante la eventualidad de que hubiera que efectuarle transfusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario