El Jueves y Viernes Santo la comunidad católica consume una diversidad de alimentos que representan la presencia de los doce apóstoles que acompañaron a Jesús en la Última Cena.
Según las creencias en los doce platos no deben incorporarse ningún tipo de carne por tratarse de días de abstención, motivo por el que la mayor parte de las comidas son preparadas en base a verduras y hortalizas, leche, huevos y ortos alimentos no cárnicos.
Entre los platos que se consumen el Viernes Santo, está el tek’o que es un caldillo que se prepara en base a papa aplastada con verduras, huevo y queso además de agregar a este plato camarones.
Entre las opciones de los platos tradicionales es el ají de papa lisa, la ensalada de lacayote, de achojcha, la sopa de pan, sopa de queso, papas a la huancaina, huminta, arroz con leche, cochayuyo, que es una comida en base a algas extraídas del lago Titicaca.
Asimismo, se degusta de una variedad de pescados como el bacalao, el ispi, el pejerrey, el sábalo, atún y mariscos.
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