El zapateo de las ruedas es acompañado por el sonido del violín. El piso del puente donde se realizaba esa actividad ya no es más de madera sino de cemento, por lo que el zapateo ya no tiene el tradicional sonido.
Todo se viste de fiesta en San Lorenzo, población ubicada a 15 kilómetros hacia el norte de la ciudad de Tarija. Los jardines se llenan de colorido con las flores de pascua que adornan ese lugar. Más aún, la plazuela de Las Pascuas, espacio donde se realiza la tradicional festividad religiosa, está llena de estas flores. La fe y la costumbre hace que residentes de San Lorenzo u otros lugares se reúnan para celebrar la tradicional fiesta que proviene de hace aproximadamente 400 años. Los datos están registrados en un libro que se encuentra en la parroquia de esa localidad, según Nilo Sánchez, un sanlorenceño que participa de ese evento desde su infancia.
Él dice recordar con nostalgia aquel puente histórico ubicado en la plazuela Las Pascuas, cuya plataforma era de madera, donde se realizaba la zapateada de las ruedas gigantes que formaban los feligreses y bailaban acompañados con el sonido del violín.
El contacto de las “ojotas” con la madera de la plataforma de ese puente, a decir de Sánchez, le daba el sonido característico de la zapateada que ahora no se oye más, porque ese piso fue cambiado por uno de cemento.
En algunas oportunidades, comenta, se puso un piso eventual de madera para recuperar aquel sonido, pero “ya no es lo mismo”.
Hasta hace algunos años, afirma este sanlorenceño, las personas que participaban de la fiesta de la pascua lo hacían por fe, ahora, una mayoría lo hace por obligación. Comenta que las personas llegaban a San Lorenzo para celebrar la fiesta religiosa desde las comunidades aledañas, si importarles si debían pasar por los ríos embravecidos, esté lloviendo o el frío sea fuerte. Sin embargo, ahora “si no tienen un vehículo que los traslade, no llegan hasta el lugar”.
Por fe, según Sánchez, cada visitante llegaba con sus arcos llenos de flores de pascua, además adornados por el fruto del phayo, planta típica de las comunidades cercanas que producen en esas fechas.
De a poco se fue reduciendo la cantidad de arcos que llegaban hasta San Lorenzo, por cuya razón, los ejecutivos municipales de turno son los que instruyen que cada persona que adquiera un puesto de venta durante los días de fiesta deben aportar con arcos adornados de pascuas.
Por eso, cada año, las calles aledañas al templo y la plaza principal de San Lorenzo se llenan de rosas de pascuas. Los vecinos también aportan a la festividad adornando la entrada de sus viviendas.
Para la Pascua Florida, las mozas vestían la manta y blusa bordada con figuras de flores, el sombrero, pollera y las ojotas tradicionales de la tierra chapaca, además que siempre portaban una flor de pascua en la oreja.
Hubo personas que destacaron, durante varios años, por su apoyo incondicional y desinteresado en la organización de la Fiesta de la Pascua Florida. Entre ellos se puede mencionar a Lucio Cardozo, uno de los que siempre organizaba las actividades en la plazuela de Las Pascuas, de la cual era vecino. También estaba Herminio Segovia, que al igual que Fausto Seballos, animaban la fiesta con las coplas de la Pascua Florida; Osvaldo Antelo, quien cada año contaba los tradicionales cuentos chapacos y llenaba de buen humor a los asistentes; y Encarnación Segovia, una mujer que siempre hacía degustar los tradicionales platos típicos del lugar, como la ranga ranga, el saice, el picante y el asado de chancho. Ella preparaba los alimentos en ollas de barro y los cocinaba a leña, cuyo “saborcito es diferente e inolvidable”.
Entre las bebidas que desde hace muchos años se consumen, todavía está la chicha de maíz elaborada en San Lorenzo; la diana, que es preparada a base de leche criolla y un poco de singani hecho de uva blanca o negra; el canelado, que también contiene un poco de singani. Esas bebidas, según Sánchez, sólo eran consumidas por adultos, sin embargo, ahora también lo hacen los jóvenes, quienes con ese accionar no “favorecen” a la tradicional Fiesta de la Pascua.
La actividad abarca desde el Jueves Santo hasta el domingo de resurrección. Del festival participan artistas del lugar y de otras regiones. Los visitantes no sólo son de las comunidades aledañas, sino también del norte argentino. Sánchez recuerda que visitaron el evento, hace algunos años, medios de comunicación de Chile y Argentina.
Ahora lo que espera es que las tradiciones se mantengan, que sean también los jóvenes los que copleen y no sólo los adultos, que los arcos presentados no sean sólo por obligación, sino, principalmente, por fe y que las tradicionales bebidas y comidas se mantengan a través del paso de los años.
El sanlorenceño canta un poquito de una de las coplas tradicionales de la pascua florida: “Desempiedren ese patio y échenlo arena, hay verán esa pisada de mi morena”. De esa manera, destaca que los zapateos son parte tradicional de la fiesta.
Entre las actividades religiosas que cada año se realizan está el Vía Crucis en cada barrio y cada viernes durante la cuaresma. Ya en la Semana Santa, los religiosos participan de las misas celebradas en el templo de San Lorenzo y las procesiones con el santo sepulcro. El domingo de pascua es el principal día de la festividad.
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