El arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, pidió perdón por primera vez a las víctimas de abuso sexual del sacerdote Fernando Karadima, "por el sufrimiento que les causé sin quererlo".
“Pensé que a nombre de la Iglesia quienes tenían que pedir perdón eran el presidente de la Conferencia Episcopal, o el arzobispo de Santiago o toda la asamblea de la Conferencia Episcopal, y lo han hecho, y a eso adhiero con toda el alma", sostuvo Errázuriz.
A mediados de febrero, el Vaticano declaró culpable de abusos sexuales al cura chileno Fernando Karadima (81) y formador de cinco obispos.
La Congregación para la Doctrina de la Fe concluyó que Karadima era culpable de abuso sexual contra al menos un menor y otros feligreses de una parroquia de Santiago y, por su edad, le ordenó "retirarse a una vida de oración y penitencia".
Además, le impuso la prohibición perpetua del ejercicio de cualquier acto de ministerio, en particular de la confesión y de la dirección espiritual de cualquier persona.
Errázuriz dijo ayer que lo ha "estremecido el sufrimiento de ellos; es muy doloroso verlos hablar de estos temas o leer sus testimonios. Por el sufrimiento que les causé sin quererlo, yo, de verdad, les pido perdón", recalcó.
Reconoció que hace tiempo estaba convencido de la culpabilidad de Karadima y de la verdad de los testimonios, pero esperaba estar seguro de que las acusaciones eran ciertas.
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