martes, 19 de abril de 2011

Los judíos celebran la Pascua para rememorar su liberación

Fiesta: Durante esta semana, los israelíes no comen pan leuda-do para recordar su travesía por el desierto.

Jerusalén-EFE.- Los judíos en Israel y en todo el mundo celebran durante esta semana su Pascua, una fiesta caracterizada por la ausencia total de productos leudados, que conmemora la liberación de la esclavitud en el Egipto faraónico.

Desde primera hora de la mañana, en muchos barrios de Jerusalén y de otras ciudades del país proliferan pequeñas hogueras en las que los más tradicionalistas queman los últimos restos de un producto, el pan, que a partir de esta tarde queda proscrito, pues no podrán comerlo, ni verlo, durante los próximos días.

Y es que, según manda la tradición, los judíos se privarán durante la semana pascual de comer ese alimento o todo otro producto leudado a fin de recordar el episodio bíblico del Éxodo, en el que, liderados por Moisés, escaparon del yugo egipcio hace 3.500 años.

Teniendo que huir a toda prisa, la narración cuenta que los israelitas no pudieron esperar a que la masa del pan subiera y se horneara en condiciones.

“Y guardaréis la fiesta de los panes ázimos. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado (con levadura), sea extranjero o natural del país, será borrado de la congregación de Israel”, ordena el segundo libro de la Torá (Pentateuco), que da a la fiesta el nombre de “Pesaj”.

EL MANDATO DE LA TRADICIÓN. La tradición judía entiende como “leudante” la mezcla de agua, durante más de 18 minutos, con alguno de los cinco cereales básicos con los que se elabora el pan: trigo, centeno, cebada, avena y escanda.

Desde hace algunos días, incluso en comercios, supermercados y establecimientos de ocio, ya se han precintado los lugares destinados a los productos con levadura y sólo se pueden adquirir alimentos que cumplan las leyes de alimentación judía.

La supresión en los hogares de todo vestigio de productos que respondan a este criterio comenzó hace semanas, con una limpieza a fondo de las más minúsculas miguitas, a la que sigue la venta simbólica a una persona de otra religión de los artículos prohibidos. “No puedes tener nada de pan ni levadura en la casa, así que tenemos que limpiarla realmente bien, es un buen momento para dejarla impoluta”, explica Inbal Nahum, una israelí residente en Jerusalén.

Su pareja, Matán Milas, reconoce que lo que más cuesta arriba se le hace es “no poder beber cerveza estos días”.

No todos los israelíes se vuelven escrupulosamente obsesivos con la “desinfección” de leudantes, aunque sí buena parte de la población secular en el Estado judío come durante esta semana pan ázimo, llamado en hebreo matzá, que se prepara sólo con harina y agua, cuya mezcla se introduce casi inmediatamente en el horno.

En esta festividad también se suelen degustar otros alimentos que simbolizan los momentos agridulces y las penurias que vivió el pueblo judío en su salida de Egipto.

LA CENA RITUAL. El punto álgido tendrá lugar esta noche con una cena ritual conocida como “Seder”, en la que se acostumbra a leer la Hagadá de “Pesaj”, que describe la gesta que encabezó Moisés y el posterior deambular durante décadas por el desierto del Sinaí.

El 82 por ciento de la población secular judía en Israel celebra ese rito, que entre los tradicionalistas es seguido por el 98 por ciento, según la Oficina Central de Estadísticas del Estado israelí.

Esa cena es precisamente la que celebró Jesús con sus 12 discípulos en el Cenáculo del Monte Sión de Jerusalén, hecho que los cristianos conmemoran el próximo Jueves Santo.

En ella se suelen intercalar cánticos y enseñanzas para los niños, que preguntarán a sus mayores: “¿Por qué es esta noche distinta de otras?”, a lo que les responderán cantando que “esta noche nos sentamos reclinados”, pues “hemos dejado de ser esclavos, ahora somos libres”.

También se cuentan episodios como el de las diez plagas divinas con las que Moisés supuestamente logró doblegar al Faraón tras pedirle encarecidamente “deja ir a mi pueblo”.

De acuerdo con el Antiguo Testamento, los hebreos participaron en la construcción de las ciudades-granero de Pitón y Ramsés en el Antiguo Egipto, aunque los historiadores no coinciden en la identidad del faraón bajo el que lo hicieron.

La festividad es también conocida como Fiesta de la Primavera o de la Libertad, que miles de peregrinos aprovechan para realizar un viaje espiritual a la ciudad de Jerusalén.

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