El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo ayer que “la profanación del Corán es un acto de intolerancia extrema” y extendió sus condolencias a las familias de las personas muertas en las protestas de los musulmanes en Afganistán.
“Los estadounidenses rinden honor hoy a quienes murieron en el ataque contra las Naciones Unidas en Mazar-e-Sharif”, indicó el Presidente en un comunicado distribuido por la Casa Blanca. “La profanación de cualquier texto sagrado, incluido el Corán, es un acto de intolerancia extrema,” añadió Obama, quien, sin embargo, sostuvo que “atacar y matar a personas inocentes en respuesta es una afrenta a la decencia y la dignidad humanas”.
“Ninguna religión tolera la matanza y la decapitación de personas inocentes, y no hay justificación para tal acto deshonroso y deplorable”, afirmó.
Once personas murieron el viernes, incluidos siete empleados de la ONU, cuando estallaron las protestas musulmanas por la quema del Corán en una iglesia de Florida. Otras nueve personas fallecieron ayer.
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