En la plaza Murillo, se vivió emoción antes de la llegada del papa Francisco en el centro político de Bolivia, sin embargo también se reportaron incidentes por la gran cantidad de gente que se apostó en el lugar.
Desde las primeras horas de ayer miércoles, miles de personas empezaron a acomodarse al borde de las aceras por las que transitó el papa Francisco. El recorrido estuvo previsto desde la ciudad de El Alto, específicamente desde el Campus Papal en el aeropuerto de El Alto hasta plaza Murillo en el llamado kilómetro 0.
“En plaza Murillo el ambiente que se vive en general es de fiesta y esperanza, en medio de cánticos, panderetas, banderas flameando y pancartas, los feligreses aguardan a Francisco. Sin embargo debido a la aglomeración de gente y las horas de espera, ya se han reportado personas que han sufrido desmayos y han tenido que ser evacuadas por personal en salud y bomberos, asimismo la desesperación de la gente ha ocasionado empujones”, reportó la periodista de ANF, Yolanda Salazar.
Medios locales dieron a conocer que al menos diez personas se desmayaron en plaza Murillo.
Una vez que la comitiva llegó a plaza Murillo visitó la Arquidiócesis de La Paz y luego se trasladó al Palacio de Gobierno, donde Su Santidad se reunió con el presidente Evo Morales, finalmente se trasladó a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de La Paz para luego dirigirse nuevamente al aeropuerto de El Alto rumbo a la ciudad de Santa Cruz.
Así como sucedió en el Campus Papal, en plaza Murillo la gente entonó canticos religiosos y a rezó el Ave María y el Padre Nuestro.
Todos los espacios en el centro político del país quedaron llenos de personas, se pudo advertir fuerte resguardo policial. Y entre tanto otra gente ingresó y tomó espacio asignado en la Catedral Metropolitana de La Paz, donde se esperó la presencia de al menos 900 personas, entre autoridades de la Iglesia Católica, gobernantes y otros, para presenciaron el discurso del papa Francisco.
Fueron instaladas tres pantallas gigantes y la gente pudo ver y oír el discurso papal.
Fueron cuatro horas de estadía del Papa en La Paz. La población tuvo un denominador común: la emoción a raudales.
Se soportó el clima, la espera, el maltrato (por momentos) durante los controles, las deficiencias en la organización y la mala educación de algunos jóvenes voluntarios.
Todo tuvo su recompensa, la sagrada bendición del Papa, que seguramente perdurará por mucho tiempo en el ambiente de este departamento.
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