El papa Francisco instó ayer a los ecuatorianos a fomentar el diálogo y la participación sin exclusiones en su discurso en el aeropuerto de Quito.
Tras escuchar el discurso del presidente de Ecuador, Rafael Correa, Francisco también exhortó a poner "una especial atención en nuestros hermanos frágiles y en las minorías más vulnerables, que son la deuda de América Latina”.
Luego de citar a algunos santos del país, Francisco pidió a Ecuador afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el dialogo y la participación sin exclusiones para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos”.
Y aseguró al presidente Correa, que para todo ello "podrá contar con el compromiso y la colaboración de la Iglesia”.
Francisco fue recibido al pie de la escalerilla del avión por el Presidente del país, con quien se fundió en un abrazo, y con niños vestidos con trajes tradicionales.
El Pontífice comenzó su alocución en el aeropuerto Mariscal Sucre agradeciendo a Dios que le haya permitido haber podido regresar a América Latina y estar hoy aquí "en esta hermosa tierra de Ecuador”.
El Papa aplaudió cómo el "pueblo ecuatoriano se ha puesto de pie con dignidad”.
Recordó además como en el pasado había visitado en distintas ocasiones, por motivos pastorales, el país y señaló cómo ahora, en este viaje, llega como "testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo”.
"Desde aquí quiero abrazar el Ecuador entero”, exclamó. Y auguró al pueblo ecuatoriano: "que desde la cima del Chimborazo, hasta las costas del pacífico; desde la selva amazónica, hasta las Islas Galápagos nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios”.
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