Juan Pablo II y Juan XXIII serán santos antes de que concluya el año. Francisco ha firmado los decretos para su canonización. Con una salvedad: Juan XXIII, el llamado "papa bueno" que puso en marcha el Concilio Vaticano II, subirá a los altares sin necesidad de haber realizado el preceptivo segundo milagro. Así lo ha decidido Francisco, que ha optado por conceder a Angelo Giuseppe Roncalli, más conocido como Juan XXIII, una dispensa para que pueda ser canonizado sin exigirle la realización de un segundo milagro.
"Evidentemente, para el papa basta el reconocimiento de un solo milagro", señalaba Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede, en referencia a Juan XXIII, quien fue beatificado en el año 2000. Bergoglio también ha firmado el decreto para que sea beatificado Álvaro del Portillo, el sucesor de José María Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus. A Álvaro del Portillo se le atribuye una curación milagrosa. El milagro aprobado por la Santa Sede se refiere a la curación instantánea del niño chileno José Ignacio Ureta Wilson: a los pocos días de nacer, sufrió un paro cardíaco de más de media hora y una hemorragia masiva./
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