miércoles, 10 de julio de 2013
El islam comienza el Ramadán en plena crisis en Egipto y Siria
La mayoría del mundo musulmán comienza hoy el mes del Ramadán, que este año se celebrará con los fieles pendientes del golpe de Estado en Egipto, la guerra civil en Siria y con un clima de creciente hostilidad entre islamistas suníes y chiíes.
La guerra en Siria, donde los abanderados de la ortodoxia suní (Arabia Saudí y Catar) apoyan sin ambages a todo un universo yihadista que recluta adeptos en todo el mundo musulmán, ha radicalizado el discurso antichií, que ya no es sólo antiiraní.
Si los ataques a fieles chiíes en sus mezquitas o romerías eran frecuentes en las últimas dos décadas en los países de Asia (Afganistán y Pakistán, principalmente), más tarde se extendieron a Irak y ahora han llegado al mismo Egipto, donde el 25 de junio un grupo de chiíes fue linchado por una multitud ante la pasividad de la Policía.
La unidad de la “umma” o nación islámica ya es poco más que un eslogan, con unos medios de comunicación que subrayan las discrepancias entre la mayoría suní y una minoría chií (algo más del 10%) concentrada entre Líbano y Pakistán pero que empieza a cosechar adeptos, casi clandestinamente, en algunos países árabes.
Sin embargo, el Ramadán siempre ha supuesto para los musulmanes una suspensión transitoria de los conflictos, dado que no sólo es un mes de privaciones físicas, sino además, y sobre todo, un mes de piedad y recogimiento en el que incluso la mentira, la maledicencia y el perjurio están prohibidos.
Amenazas. En Egipto, el Ejército advirtió ayer de que la declaración constitucional emitida la noche del lunes por el presidente interino, Adli Mansur, debe ser respetada por todos los egipcios, ya que garantiza el proceso hacia la democracia.
En un mensaje a la nación a través de la televisión estatal, las Fuerzas Armadas señalaron que no desean que “nadie rebase el límite de lo aceptable en este momento, o que se salga del camino traspasando los límites de la seguridad y la paz por razones de egoísmo o fanatismo”. Los Hermanos Musulmanes, que el lunes llamaron a la sublevación popular, rechazaron la declaración constitucional, que fija el proceso de transición que culminará con la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales.
La crisis en el mayor país del mundo árabe ya rebasa sus fronteras y el nuevo Gobierno convocó a los embajadores de Turquía y Túnez en El Cairo para expresar disconformidad con las críticas que sus gobiernos han vertido sobre el derrocamiento militar del presidente Mohamed Mursi.
Mientras, en Siria, Rusia pudo verificar de forma independiente que la oposición siria utilizó agentes químicos en un ataque lanzado en marzo en la provincia de Alepo y entregó los resultados de sus pruebas a la ONU.
Atentado antes de la celebración
Líbano
La explosión de un coche-bomba en un barrio del sur de Beirut, considerado feudo del grupo chií libanés Hezbolá, dejó al menos 53 heridos. Israel aseguró que no está implicado en ese atentado, que en su opinión, es el resultado de la “lucha entre chiíes y suníes”.
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