Se dice que el líder de la iglesia Anglicana, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, está furioso después de haber descubierto que la iglesia había invertido indirectamente en una compañía involucrada en lavado de dinero que él había condenado repetidamente.
El arzobispo Welby criticó a la compañía, Wonga, por sus tasas de interés excesivamente altas y dijo que deseaba que ésta fuera clausurada.
Pero posteriormente un diario británico reveló que el fondo de pensión de la Iglesia de Inglaterra había invertido en una firma de capital privado que había ayudado al lanzamiento de Wonga.
La iglesia afirmó que está revisando con urgencia todas sus inversiones.
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