El Vaticano, a través de su portavoz Federico Lombardi, reconoció su “preocupación por ciertos errores” en la seguridad del papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El Papa volvió a romper el protocolo y las normas de seguridad en su visita al complejo de favelas de Manguinhos, en Río de Janeiro. Francisco se acercó a la gente, besó a varios niños y niñas y bendijo a cientos de personas que clamaban su nombre.
“Cada Jornada (Mundial de la Juventud) toma el cariz de la ciudad que la recibe. Río no es una ciudad fácil, es compleja, más que las otras, hay mucho movimiento. Podría decir que es caótica, pero no sería la palabra correcta”, declaró Lombardi.
Sin embargo, “caos” sirve perfectamente para definir el operativo de seguridad, como apunta el diario argentino Clarín.
Ayer, los efectivos militares y policiales que cuidan al Papa amanecieron en estado de máxima alerta luego de que en las últimas horas se produjeron una serie de hechos inquietantes en relación con la seguridad del Pontífice, apunta el rotativo.
El primero de los episodios preocupantes se produjo el domingo, cuando se encontró una bomba de fabricación casera en un baño del santuario de Nuestra Señora de Aparecida, distante 170 kilómetros de San Pablo. Aunque la bomba fue desactivada de inmediato, “lo cierto es que el Vaticano pidió explicaciones a los responsables de seguridad y no halló una respuesta coherente. Sobre todo porque al día siguiente, el perímetro fue superado por miles de personas e incluso el Papa aprovechó la coyuntura para mostrar su lado más cercano a la Iglesia de los pobres”, opina el especialista en asuntos del Vaticano, Marco Politti.
Refuerzan la seguridad
De cualquier modo, y ante inminentes actos masivos, el Gobierno confirmó que “se reforzará la seguridad del Santo Padre, con más de 20.000 efectivos de la Policía y el Ejército que estarán apostados en lugares estratégicos para evitar cualquier contratiempo”, apunta la cadena de televisión Red Record.
En las últimas horas se ha hecho frecuente el sobrevuelo de helicópteros militares y la presencia de vehículos blindados que, tal como escribe el corresponsal del diario español El Periódico, Eduard Batllori, “están distribuidos estratégicamente para evitar comentarios indiscretos sobre una más que evidente militarización de la visita papal a Brasil, en un contexto de inestabilidad social”.
El Papa en Brasil
Mate El Papa tomó un mate, bebida típica argentina, entregado por uno de los fieles mientras desfilaba por la Av. Atlántica, en la playa de Copacabana a bordo del papamóvil.
Argentina Francisco urgió ayer a miles de sus compatriotas argentinos a hacer “lío” para sacar a la Iglesia a las calles en un continente donde el catolicismo pierde terreno.
Roquero El mítico roquero argentino Charly García destacó la simpatía del papa Francisco y dijo que le parece "súper buena onda", en una conferencia de prensa donde presentó sus cuatro próximos conciertos en Buenos Aires. "Me cae simpático el Papa. Sé que fue a Brasil y le fue bien. Voy a aprovechar la buena onda con los argentinos para ir también”
“Santo Padre, nunca robé”
Monseñor Nunzio Scarano, arrestado desde el 28 de junio, acusado de estafa y reciclaje de dinero, afirmó en una carta al papa Francisco que sus operaciones en el banco vaticano fueron aconsejadas por sus “dirigentes”, señala ANSA.
“Santo padre Francisco, nunca reciclé dinero sucio, nunca robé, traté de ayudar a quien pedía ayuda”, así escribió Nunzio Scarano en una carta enviada al Papa desde la cárcel romana de Regina Coeli, donde se encuentra arrestado desde el 20 de julio.
Nunzio Scarano, quien posee el título de Monseñor sólo a nivel honorífico, habría tenido un “rol relevante” en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el organismo que gestiona los bienes de la Santa Sede, donde era responsable de la Contabilidad.
El prelado fue arrestado, junto a otras personas, por la policía financiera tras una orden de la Fiscalía de Roma, acusados de “fraude al Estado, corrupción y calumnia”.
Las investigaciones permitieron descubrir una operación para hacer retornar a Italia unos 20 millones de euros que estaban en un banco suizo.
La justicia investiga cuál era el origen de la considerable cantidad de dinero y de las propiedades de que dispone el prelado, que a su vez tenía “relaciones financieras” con el IOR, el banco vaticano que está siendo objeto de numerosas investigaciones por parte de la justicia italiana desde hace varios años.
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