La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que participará el papa Francisco la próxima semana en Río de Janeiro, inyectará 1.200 millones de reales (unos 539 millones de dólares) en la economía de Brasil, según dijo ayer el secretario interino de Turismo del país, Sandro Fernandes.
Las autoridades estiman que a la ciudad carioca llegarán entre 1,7 y 2 millones de turistas, un 40% por ciento de los cuales serán extranjeros.
Solo en hospedaje y alimentación el gasto sumará 660 millones de reales (más de 295 millones de dólares).
Vigor de la Iglesia. El papa Francisco visitará el país entre el 22 y 28 de julio para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud católica, un evento que convoca a cientos de miles de fieles de todo el mundo en Río de Janeiro y que según expertos procura exhibir el vigor de la Iglesia en pleno siglo XXI.
En Brasil, considerado el país con más católicos del mundo, muchos ven como un motivo de orgullo recibir el primer gran viaje internacional del primer papa latinoamericano de la historia.
Peregrinos y donaciones. Se estima que a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro asistirán alrededor de 2,5 millones de jóvenes de todo el mundo. El evento cuenta entre sus patrocinadores con bancos privados, empresas locales y multinacionales, así como fondos públicos. Estos, junto con las contribuciones de peregrinos y donaciones, cubrirán el costo total de la JMJ, que oscila entre los 143 y 156 millones de dólares.
Consultados por la prensa sobre el uso de fondos públicos para cubrir algunos costos de la Jornada Mundial de la Juventud, el canciller de Brasil, Antonio Patriota, subrayó que este evento "involucra no solo a un líder espiritual, sino también a un jefe de Estado". Indicó además que el gobierno brasileño ve el evento "desde una perspectiva de relaciones exteriores de Brasil con el Vaticano".
Detalles
La organización del evento costará 90 millones de dólares
Gastos. Ante las críticas sobre los gastos para el evento, tanto el Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Orani Tempesta como el de Sao Paulo, Cardenal Odilo Scherer, defendieron que no se trata de dinero desperdiciado, sino que generará recursos y empleo en el propio país.
Visita. Durante sus siete días en Brasil, el papa visitará una favela, una de las más pobres del país, un hospital para tratar adictos al crack, y se reunirá con presos y sobre todo con más de un millón de jóvenes en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
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