El papa Francisco, a bordo del avión que lo conduce a Brasil, país en plena revuelta social y con un progresivo declive del número de católicos, manifestó sus temores frente a una generación de jóvenes sin trabajo y condenó la "cultura del rechazo" de los ancianos en la sociedad moderna.
"La crisis mundial no ha generado buenas cosas para los jóvenes. La semana pasada examiné el porcentaje de jóvenes sin trabajo. Corremos el riesgo de tener una generación que no ha tenido jamás un trabajo", advirtió el papa argentino a los periodistas que lo acompañan en su primer viaje internacional.
"Mi viaje tiene como objetivo estimular a los jóvenes para que se integren en el tejido social, con los ancianos", explicó el pontífice latinoamericano, de 76 años, quien presidirá en Río de Janeiro una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud. Francisco reconoció que si bien se debe evitar "aislar a los jóvenes", también se debe condenar "la cultura del rechazo a los ancianos".
"Un pueblo sale adelante con los dos (jóvenes y ancianos, ndr). Las personas ancianas tienen la sabiduría, la historia, la patria, la familia. Todos los necesitamos", agregó. Respetando su estilo sencillo y franco, el papa saludó uno por uno a los 70 periodistas que lo acompañan en el vuelo, con los que reconoció que evita dar entrevistas porque le resulta "agotador".
Antes de embarcarse en el vuelo de Alitalia, la oficina de prensa de la Santa Sede había advertido que el papa no iba dar declaraciones a la prensa en el avión, como solía ocurrir con Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pero al compararse con el profeta Daniel cuando fue arrojado en el foso de los leones, el exarzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, bromeó diciendo que finalmente no los encontraba tan "feroces". Al término del encuentro, que duró cerca de una hora, el papa agradeció a la prensa por la "compañía" y la invitó a "colaborar" con él "por el bien de la sociedad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario