Delincuentes no identificados sustrajeron durante la madrugada de ayer las joyas de la Virgen de la Merced, valuadas en más de medio millón de dólares, utilizando una amoladora con el fin de cortar la base del antiguo cofre en el que estaban guardadas.
De nada sirvieron las medidas de seguridad que existen desde hace muchos años para preservar el tesoro de la Virgen pues los ladrones ingresaron al templo rompiendo las chapas de las puertas, llegaron a la sacristía, abrieron el ropero empotrado y hallaron el cofre que estaba en el subsuelo.
El cofre de acero forjado tiene 12 cerraduras además de siete llaves que están en poder del párroco, el prioste y la subprioste sin las cuales era imposible abrir el receptáculo en el que estaban las joyas.
El prioste de la Cofradía de la Merced, Daniel Oropeza Alba, dio a conocer que el hecho aparentemente fue cometido por un grupo de al menos cinco personas que son las que harían falta para sacar el cofre del espacio oculto.
Anotó que los ladrones debieron estar dentro del templo por lo menos tres horas porque, al margen de sacar el cofre y cortar su base, se dieron el trabajo de desmontar los objetos de plata del arco que acompaña a la Virgen en las procesiones.
De acuerdo al inventario de las joyas realizado en 2008 por el Ministerio de Educación y Culturas, el Viceministerio de Cultura y la Unidad Nacional de Catalogación de Museos, entre las joyas de la Virgen estaba un pendiente de oro con piedras preciosas, un par de caravanas de oro con esmeraldas y diamantes, un escapulario de oro y plata con piedras preciosas, una preciosa corona de oro con incrustaciones de diamantes con un mundo y una cruz en la parte superior.
Además, en el cofre estaban anillos, otros pendientes, brazaletes, un cinturón, además de perlas finas sueltas, por lo cual constituye el mayor tesoro religioso que es robado en todo el país.
Oropeza calcula que las joyas tienen un valor de más de medio millón de dólares pero esa es sólo una estimación pues entre los alhajas había objetos de oro, plata pura, diamantes, esmeraldas y perlas que podrían motivar que la cifra suba en el momento de hacer una cuantificación del daño económico.
El valor de las joyas puede subir porque se trata de objetos antiguos que fueron donados a la Virgen por ricos mineros que recibieron sus favores y se convirtieron en fieles creyentes de la advocación que es patrona de los enfermos y del ejército.
Hasta hace poco, las joyas eran guardadas en las bóvedas de un banco que decidió no guardarlas más así que los encargados de ese tesoro tuvieron que retornarlas al sitio en el que durante años estuvieron a salvo de la codicia de las personas.
El metal del cofre no pudo con la tecnología y la ambición de personas que, sin tomar en cuenta el valor sentimental que tienen, sólo vieron en ellas la posibilidad de apropiarse de una importante suma de dinero.
El robo de objetos patrimoniales de Potosí, tanto de la capital como de sus provincias, se ha convertido en una constante y en un solo caso se pudo recuperar lo hurtado. Ese fue el caso de San Benito cuyos cuadros fueron dejados por los ladrones en el mercado artesanal de nuestra capital.
Robos como el de los templos de San Martín, Tomave, Macha, Coroma, Tinguipaya y otras permanecen sin haber sido esclarecidos y los delincuentes disfrutan de los beneficios de su delito.
En esta oportunidad se pretende encarar un gran operativo por lo cual no sólo se denunció el robo a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) sino también al gobernador, Félix Gonzáles y al ministro de Gobierno, Carlos Romero.
La Virgen más rica
"En el año 1555 fue fundado el Templo de la Merced en Potosí y con los donativos generosamente concedidos para el efecto por los opulentos mineros del Cerro Rico de Potosí, con gran solemnidad fue colocada en uno de los altares la hermosa imagen de María de las Mercedes, primorosamente hecha en el Cuzco, por un escultor indígena de aquella ciudad incaica”, detalla el historiador Luis Subieta Sagárnaga.
Por devoción y agradecimiento a esta bella imagen de imponente aspecto, muchos vecinos ricos, sobre todo en pasadas épocas, entregaron al templo joyas en oro y plata, piedras preciosas, que hasta la fecha se guardaban en una bóveda subterránea del templo.
Entre las riquezas había un par de caravanas de plata con cuatro perlas grandes, cada una, además de una gargantilla de perlas finas, para cuatro vueltas, par de brazaletes con perlas finas y varios anillos. También se guardaba un escapulario con piedras preciosas como topacios, esmeraldas, amatistas, diamantes, perlas negras y otras cientos de perlas finas.
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