Después del viaje pastoral a Brasil, en julio, donde participará de la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco tendrá en diciembre el primer periplo con un alto contenido político: Chile, Uruguay y Argentina.
La decisión del pontífice de visitar América Latina en sus primeros viajes fuera de Roma marca el giro que la Iglesia católica piensa dar hacia la región con más católicos en el mundo y donde la institución tiene a sus bases más activas.
Pero, además, señala la decisión del pontífice de mostrar su presencia en tres países con gobiernos de izquierda que tuvieron, con matices, relaciones distantes con la Iglesia católica. Dilma Rousseff, en Brasil; José Mujica, en Uruguay; y Cristina Fernández, en Argentina, marcaron el paso de la nueva izquierda latinoamericana, esta última, foco de duras críticas del entonces arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado, Jorge Bergoglio.
La visita de Francisco, breve pero importante, a Chile será un gesto de devolución de favores: Sebastián Piñera fue uno de los primeros presidentes en llegar a Roma para la asunción del nuevo papa el martes 19. Y se transformará en un respaldo a las políticas conservadoras de su Gobierno, a tono con las posiciones de la Iglesia chilena.
Regreso a casa
El viaje de Francisco a Argentina será, de lejos, el más delicado. El Gobierno de Cristina Fernández pasó del enfrentamiento a la adhesión al mandato del nuevo papa, a la luz de su meteórica popularidad.
La visita a Buenos Aires será después de las elecciones legislativas de octubre, como se había anunciado, pero antes de fin de año.
Según pudo averiguar el diario Clarín de altas fuentes de la Iglesia, el papa Francisco vendrá a Argentina en la primera quincena de diciembre. El viaje también incluirá paradas en Chile y no se descarta que haga una escala en Uruguay. De esta forma puede hacer un periplo parecido al que hizo Juan Pablo II en su visita pastoral de 1987, cuando también visitó (en este orden) Uruguay, Chile y Argentina. Lo que aún es muy prematuro aventurar es qué puntos del país incluirá su visita.
Inicialmente se había pensado que el papa visitara Argentina a mediados de año. Pero aparecieron dos trabas importantes: la primera, la coincidencia con la campaña por las elecciones, que incluyen una primera vuelta en agosto; la segunda, es que para julio habrá un encuentro de la juventud católica en Brasil y Francisco no quería restarle asistentes argentinos a ese encuentro internacional
Decidió no vivir en la mansión del vaticano
El papa Francisco decidió quedarse ‘hasta nueva orden’ en la residencia Santa Marta en el Vaticano, donde había llegado para el cónclave antes de su elección, el 13 de marzo, ya que aprecia estar "junto a otros miembros del clero" en lugar de mudarse a la mansión de los pontífices.
Por otra parte, la ciudad de Roma hizo imprimir un millón de boletos de autobús y de metro con la efigie del pontífice argentino, anunció la sociedad de transportes de la municipalidad Atac.
Además, ayer se conoció que la primera avenida en Argentina con el nombre ‘Papa Francisco’ fue bautizada en la ciudad de La Plata, 62 km al sur de Buenos Aires. "Papa Francisco" se llama ahora un tramo de la céntrica avenida 53 que desemboca en la catedral de La Plata, de estilo neogótico y construida totalmente en ladrillos, que en 1996 fue inscrita en los mármoles del piso de la Basílica de San Pedro, por ser una de las más grandes del mundo con siete mil metros cuadrados.
La hermana brinda más datos de su juventud
La hermana del papa Francisco, María Elena Bergoglio, desmintió ayer que el pontífice haya tenido una novia cuando era joven, "porque en su corazón ha estado siempre Jesús".
“¿La novia? La verdad es que nunca ha existido. Pero si esta señora lo dice, y es feliz así, ¿por qué no dejar que cuente esta historia?", dijo María Elena, al referirse a las afirmaciones realizadas por Amalia, la supuesta "novia" del barrio porteño de Flores que se dice tuvo Bergoglio a los 12 años. Amalia aseguró recientemente a la prensa que el joven Bergoglio le dijo: "Si no me caso con vos, me hago cura".
Durante la entrevista a la revista italiana Chi, que saldrá hoy a la venta, María Elena, de 65 años, explicó que de pequeño su hermano era "como lo ves ahora, atento, siempre cariñoso y dulce con todos nosotros". Asimismo, definió a Francisco como un hombre que amaba estar en familia, a la que "siempre ha estado muy ligado".
"Cuando estaba en el seminario, no se olvidaba nunca de hacer una llamada. Siempre alegre, dispuesto a bromear", afirmó. "Recuerdo que había un loro en el seminario, y no excluyo que (Jorge) le haya enseñado algunas palabrotas, en vez de enseñarle a rezar", comentó con humor la hermana del pontífice.
María Elena, sobre la elección de su hermano como Papa, afirmó que nadie se lo esperaba. "El día antes de ir a Roma hablamos por teléfono, como siempre. Estaba tranquilo y me dijo que continuaríamos hablando cuando volviera”, señaló.
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