La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, invitó a Jorge Mario Bergoglio a volver a Argentina esta vez como papa Francisco, y él le contestó que le gustaría y que se trabajará para poder poner una fecha a este viaje.
"Tiene una agenda ya repleta, pero obviamente desea visitar Argentina", explicó Cristina Fernández, que hoy fue recibida en audiencia en el Vaticano por el papa Francisco, con quien también almorzó a solas.
La presidenta argentina agregó que el papa le comentó "que lo consultará con sus colaboradores" y que "trabajarán para poner una fecha a este viaje".
Fernández también explicó que ha visto al papa Francisco "sereno, seguro y tranquilo, en paz", pero también "ocupado y preocupado por la inmensa tarea de conducir el Estado vaticano y el compromiso de cambiar las cosas que él sabe que tiene que cambiar y ya se han visto en sus gestos y actitudes diferentes y se verán en otras cosas que él decidirá".
La presidenta argentina explicó su encuentro con el papa Francisco, a quien agradeció su invitación de hoy a almorzar antes de la ceremonia de inicio de pontificado de mañana, pero también destacó que el pontífice le agradeció que hubiese aceptado venir a compartir la comida con él.
"¡Cómo no iba a venir a almorzar con él!", destaco Fernández, que dijo que le encantó este detalle que marca "la sencillez" de este papa.
La mandataria agregó que la invitación a almorzar fue no solo como presidenta de Argentina sino también "una atención y una referencia al pueblo argentino".
Durante el almuerzo, la presidenta argentina explicó que el papa le habló de la "Patria Grande", en referencia a todos los países latinoamericanos, y que son las palabras que usaban los libertadores José de San Martín y Simón Bolivar.
"Escuchar en boca de un papa 'Patria Grande' me impacto mucho y me animó me hacer redoblar esfuerzos en seguir en esa dirección", agregó Fernández.
Cristina Fernández también relató el intercambio de obsequios que se hicieron y que el papa Francisco le regaló un volumen de las conclusiones de las reuniones de La Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam), "dónde había temas muy interesantes".
Asimismo, le entregó una placa en la que figura su nombre y la de la entonces presidenta chilena, Michelle Bachelet, cuando acudieron al Vaticano en 2009 para conmemorar el 25 aniversario del tratado de paz de Beagle, que puso término al contencioso en 1984.
Pero lo que más agradeció la presidenta fue la "rosa blanca" que el papa le regaló "para que la guardara entre sus cosas" y que representaba a Santa Teresita, la santa preferida de Francisco y a quien reza siempre.
Por su parte, Fernández le regaló un conjunto de mate de una cooperativa de artesanos, "para que siga tomando siempre mate" y un poncho de vicuña para que se cubra del frío europeo.
En la reunión que mantuvieron, que calificó de "fructífera", la presidenta argentina pidió al papa Francisco que interceda para abrir un diálogo entre Reino Unido y Argentina sobre el tema de las Malvinas.
Fernández explicó que es "un tema muy sentido para los argentinos" y que solicitó "su intermediación para conseguir el diálogo".
La mandataria destacó que en el Reino Unido y Argentina hay gobierno democráticos y "es necesario que se cumplan las más de 18 resoluciones de Naciones Unidas para sentarnos a dialogar".
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