A las 17 horas con 11 minutos de ayer, el papa Francisco llegó a la ciudad de El Alto. Descendió de los cielos en un Boeing 737 de Boliviana de Aviación (BOA) que lo transportó desde Ecuador.
Cerca de las 12.59 el “Obispo de Roma” despegó desde el aeropuerto Mariscal Sucre rumbo a Bolivia. Durante el viaje sorprendió el recorrido que siguió el avión que transportaba al Sumo Pontífice, porque viró para sobrevolar Copacabana.
RECIBIMIENTO
Miles de feligreses lo recibieron con el emblema boliviano, además de globos y banderas blancas en mano. Entre aplausos, los asistentes al Campus Papal, ubicado en la urbe alteña, en cercanías del Aeropuerto Internacional, coreaban “hermano Francisco bienvenido”.
Tras descender del avión, el Sumo Pontífice fue recibido por el presidente Evo Morales, quien lo estrechó en un abrazo y posteriormente le entregó una chuspa (bolsa tejida que generalmente posee hojas de coca), respondiendo a la solicitud del Santo Padre que pidió a las autoridades bolivianas masticar la sagrada hoja tras su arribo al aeropuerto.
Niños con atuendos típicos de Bolivia continuaron con la bienvenida. A continuación, fue recibido por autoridades de la Iglesia Católica en Bolivia que le expresaron su respeto con un beso en el anillo papal.
Junto a los ministros de Estado lo aguardaba el alcalde paceño Luis Revilla quien le entregó las llaves de la ciudad, una obra dorada que reflejaba la nominación de La Paz como ciudad maravilla, asimismo, saludó a representantes de los pueblos indígenas.
“JUSTICIA Y
PAZ SOCIAL”
El papa Francisco ocupó el altar preparado en el centro del Campus Papal, delante de la réplica de la Iglesia de Laja. Se entonaron los himnos de Bolivia y el Vaticano. Enseguida, ambos jefes de Estado brindaron discursos.
Morales, en una alocución que duró tres minutos, manifestó: “Hermano papa Francisco, usted viene lleno de energía luego de respirar la brisa del Pacífico ecuatoriano; usted ha llegado a una tierra de paz que busca justicia, (…) Recibimos con los brazos y el corazón abierto al Papa de los pobres”.
A su turno, el papa Francisco brindó un mensaje de justicia y paz social. Además, elogió la belleza geográfica de Bolivia y la calificó como una tierra bendecida por Dios.
“Si el crecimiento en una sociedad es solo material, siempre se corre el riesgo de volver a crear nuevas diferencias, que la abundancia de unos no se construya sobre la escasez de otros, por eso además de la transparencia institucional, la cohesión social requiere un esfuerzo en la educación de los ciudadanos”, dijo a tiempo de asegurar que el progreso integral de un pueblo “incluye el crecimiento en valores de las personas y las convergencia en ideales comunes que consigan aunar voluntades sin excluir y rechazar a nadie”.
Cerró su discurso pidiendo a la Virgen de Copacabana que bendiga Bolivia. Sin lugar a dudas, la frase que emocionó a propios y extraños salió de boca de Francisco “¡Jallalla Bolivia!”.
EN LA PAZ
A bordo del papamóvil, Francisco inició su descenso a la ciudad de La Paz donde túneles humanos emocionados lo saludaron y hasta pidieron bendiciones con los brazos extendidos.
Se detuvo en la curva del barrio Achachicala o Plan Autopista, lugar donde fue encontrado el cadáver del padre jesuita Luis Espinal (1980). Por un lapso de cinco minutos le rindió homenaje al sacerdote, rodeado por más de 4 mil personas.
“Me detuve aquí para saludarlos y sobre todo para recordar a un hermano nuestro, víctima de intereses. No querían que se luchara por la libertad de Bolivia en ese entonces. El padre Espinal predicó el evangelio y ese evangelio molestó, por eso lo eliminaron”, sostuvo antes de convocar a los asistentes a hacer un minuto de silencio y elevar una oración.
Después del minuto de silencio, el “Obispo de Roma” oró el Padre Nuestro y finalizó diciendo: “El Señor tenga en su gloria al padre que predicó el evangelio que nos trae la libertad, que nos hace libres como todo hijo de Dios, Jesús nos trajo esa libertad, él predicó ese evangelio. Que Jesús lo tenga junto a él, dale señor el descanso eterno y brille para él la luz que no tiene fin, que descanse en Paz. Y a todos ustedes queridos hermanos los bendiga Dios todo poderoso”. Seguidamente, como ya es habitual pidió a los bolivianos orar por él.
Tras este episodio, el vehículo que lo transportaba aceleró su trayecto. Recorrió las principales calles y avenidas de La Paz hasta el Arzobispado donde se sometió a un chequeo médico antes de visitar a Morales en Palacio de Gobierno.
El Vicario de Cristo se reunió con el mandatario boliviano por un lapso de 30 minutos, posteriormente, Morales lo condecoró con el Cóndor de Los Andes y le obsequió una túnica bordada con motivos andinos y varios textos, entre ellos El Libro del Mar.
Francisco salió al balcón de Palacio para saludar a los presentes, que pese a las horas no abandonaron el lugar, con la esperanza de saludarlo.
Su última parada, en kilómetro cero, fue la Catedral Metropolitana, donde lo aguardaban la alcaldesa de El Alto, Soledad Chapetón, y el gobernador Félix Patzi, entre otras autoridades.
La máxima autoridad de la Iglesia Católica en el mundo, ocupó el altar de la Catedral luego de depositar unas flores.
Monseñor Edmundo Abastoflor agradeció a Francisco por su visita y pidió interceder por los cristianos, a través de su bendición.
En respuesta, su Santidad dijo: “Permítanme cooperar alentando con algunas palabras la tarea que cada uno de ustedes realiza y les agradezco la cooperación que ustedes con su testimonio de calurosa acogida me dan a mí para que yo pueda seguir adelante”.
Una vez más destacó la belleza de la geografía boliviana y pidió a los presentes cuidar la ecología y la salud de la Madre Tierra, “como todo está relacionado nos necesitamos unos a otros”.
Hizo un llamado para que la política no se deje dominar por la economía “utilitarista” para lograr comprender y resolver los grandes problemas que afectan a la humanidad.
FRANCISCO Y EL MAR
A tiempo de referirse a la fe como una luz para el mundo y a la libertad como una parte esencial para la creatividad y el buen trabajo de los medios de comunicación, durante su discurso en la Catedral Metropolitana, se refirió, escuetamente, a la demanda marítima.
“Evitar conflictos entre pueblos hermanos es indispensable, estoy pensando en el mar. Diálogo. El mar es indispensable. (Es importante) construir puentes en vez de levantar muros”, enfatizó.
Concluyó su nueva alocución pidiendo al Señor que Bolivia “tierra inocente y hermosa” siga progresando.
DESPEDIDA
Al concluir su visita, de más de tres horas en La Paz, Francisco elevó la mano y bendijo a los presentes haciendo la señal de la cruz en alto.
Un niño y una niña en silla de ruedas que aguardaron la salida del Papa en puertas de la Catedral Metropolitana recibieron un beso del Sumo Pontífice y su consagración.
Finalmente, abordó un vehículo pequeño, cerrado, que lo trasladó por la misma ruta que siguió, horas antes, esta vez rumbo al Aeropuerto Internacional de El Alto, donde la aeronave Boeing 737-700, denominada “Pastor Uno”, lo llevó rumbo a Santa Cruz, departamento en el que miles de cruceños se dieron cita en el Cambódromo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario