Pese al frío que caracteriza por estas fechas a La Paz, muchas personas decidieron esperar a Francisco durmiendo en las calles. Apostaron carpas y colchonetas en las veredas y al salir el sol empezaron a animarse con cánticos y coreografías.
Gerónima Calle, de 82 años, bailaba alegremente a las 10.00 de la mañana con una bandera del Vaticano en la mano, en espera del Pontífice.
La escena se repitió en varias calles paceñas mientras quienes no optaron por pernoctar en el trayecto que recorrería Francisco se acomodaron tranquilamente en inmediaciones de la Plaza Murillo cuyo acceso fue permitido desde las siete de la mañana.
Abrigados por un sol radiante y un cielo despejado familias enteras fueron llegando junto a las autoridades de otros departamentos que fueron invitados al evento en la catedral paceña. El gobernador de Oruro , Victor Hugo Vázques, caminaba por inmediaciones mostrando un hermoso cuadro hecho de quinua real que había traído como regalo para el Pontífice con la intención de mostrar al mundo que este alimento es boliviano. Hacia el medio día, el llamado Kilometro 0 estaba repleto de personas, algunos vestidos con poleras y botones con el logo de Francisco, adquirían banderas y gorras de papel. Otras lucían pañoletas anaranjadas y mantos blancos que se colocaron sobre la cabeza. Pese a este ambiente festivo, fueron varias las personas que tuvieron que salir o ser sacadas de la multitud por insolación y desmayos. No faltaron las dispsutas por falta de espacio, empujones y reclamos de la gente que hacía lo posible por ocupar un "buen lugar", se dieron aún a pesar de la presencia de varios niños, que sobre los hombros de sus padres, esperaron pacientemente la llegada del Papa quien ingresó al Palacio de Gobierno a las 19.00. El repicar de las campanas se escuchó entonces y la gente empezó a cantar "Viva mi patria Bolivia", lágrimas, gritos y mucha emoción caracterizaron el momento. Muchos lamentaron no poder estar más cerca del Papa, como Fermín Conde, no vidente, quien llegó muy temprano para poder estrechar la mano de Francisco.
Después que ingresó a Palacio de GObierno, la gente pidió a gritos que saliera al balcón presidencial, pero ese pedido no fue escuchado.
“Las palabras del Papa, nos alientan a seguir el camino de la fraternidad".
“Tenemos un corazón agradecido por la gracia de Dios que ha bendecido nuestra patria"
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