Dicen que no hay que tocar el lugar así nomás, hay que pedir permiso”, afirma uno de los más de 10 obreros que realizan la limpieza en la Curva del Diablo de la autopista, por donde pasará el papa Francisco. A pesar de los trabajos, prevalece el penetrante olor a vino de ch’alla que se impregnó en la tierra.
Desde el mes pasado, en el marco del plan de mantenimiento a la autopista por la que transitará el Santo Padre a su llegada al país, brigadas municipales limpian las cunetas y retiran la maleza de los costados de la vía. A pocos metros del Plan Autopista, en la Curva del Diablo , desde el lunes una docena de obreros, en turnos, acondicionan el sector con la ayuda de la Unidad de Mantenimiento e Infraestructura del municipio, la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y un grupo de amautas.
"No se ha tocado nada. Se ha cortado el borde del talud, limpiado la maleza y las cosas que quedan de los rituales que se hacen. Los mismos obreros se han venido a trabajar con temor, no querían acercarse así nomás”, comentó uno de los trabajadores que pidió guardar su nombre en reserva
Mientras habla, recoge la tierra mezclada con restos de hojas de coca, velas derretidas, cabellos enredados, bolsas negras y botellas de alcohol y vino. "Es harto trabajo”, dice antes de echar todo al camión de basura que ya recogió cerca de 12 toneladas de yerba y escombros desde el peaje.
Como una réplica muy pequeña de los ritos que se hicieron durante la construcción de la autopista, durante el gobierno de Hugo Banzer Suárez, antes de "tocar” el lugar los actuales trabajadores prepararon una ofrenda a la Pachamama para pedir su permiso.
"En el lugar siempre hubo una waka. Se sabía de su existencia, pero no se sabía dónde. Los obreros de los 70 cuentan que al llegar a ese lugar encontraron un katari (víbora) y hubo un pequeño derrumbe por lo que para avanzar pagaron a la tierra”, explica el sociólogo David Mendoza.
Al ver los trabajos, algunos amautas de El Alto se acercaron para colaborar en la limpieza. La estatal ABC les entregó plantines que fueron colocados al rededor del punto donde estaba la piedra que, en el pasado, era el lugar de las ofrendas. Fue retirada hace tres años ante los hechos de inseguridad que se registraban en este sector.
Si bien algunos obreros señalan que se debe tener respeto, otros entre risas comentan que "Dios es sólo uno” y que sacaron la yerba a picotazos y "no nos ha pasado nada”.
"Vamos a eliminar los restos de los rituales y para el mismo día de la llegada del Papa vamos a limpiar las plataformas y cunetas nuevamente sin entrar al lugar ”, informó el ingeniero de conservación vial de la ABC, Saúl Sánchez
Cuento urbano y memoria andina
La Curva del Diablo llegó a ser un imaginario urbano que se formó a partir de costumbres y memorias andinas, definió el investigador y sociólogo David Mendoza.
Explicó que la concepción del sitio como "malo” se forjó a partir de los urbanos ya que para el área andina no existe el bien y el mal como contrarios, sino como complementos. "Hablamos de pedir algo y dar algo a cambio, y buscamos esos lugares ya sean iglesias, santos o, como en este caso, las wakas para pedir”, dijo.
Tras buscar testimonios de personas que transitan por el lugar logró recuperar uno de los mitos más comunes. "Los choferes que trabajan hasta tarde dicen que aparece un hombre o una cholita que hace parar el vehículo y luego desaparece y el asombro causa los accidentes”, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario