A las 10:45 de ayer el primer mandatario rompió la botella de champán sobre la piedra fundamental de un moderno edificio escolar, valuado en un millón de dólares.
Al acto, desarrollado en el coliseo de la Aldea, asistieron los alumnos, docentes y padres de familia de la escuela Padre Alfredo, además de niños, jóvenes y madres de la aldea de San José de Chiquitos.
Morales destacó el servicio de esta institución de solidaridad fundada por el padre Alfredo Spiessberger, que está delicado de salud, y comprometió su apoyo en favor de los menores huérfanos y abandonados.
La nueva infraestructura tendrá dos plantas, distribuidas sobre una superficie de 2.783 metros cuadrados. En el primer piso se construirán 12 aulas, una biblioteca, depósito y tres baterías de baños, incluyendo una para discapacitados. La planta alta tendrá laboratorios, talleres, una cocina-comedor, sala audiovisual, dos oficinas para direcciones y dos secretarías, sala de docentes, enfermería./ORA
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