"Llévame donde los hombres necesitan tu palabra”; "Mi corazón sincero para gritar sin miedo”, "Francisco, mi corazón te espera”. Estas son algunas de las frases que a ritmo de chovenas y taquiraris forman parte de los cánticos que más de 10.000 almas corearon ayer en la "misa de consagración de hostias y mandato voluntario”.
En la eucaristía, oficiada por el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, se bendijo a los voluntarios de la guardia papal y a los ministros extraordinarios de la comunión, a dos días de la llegada del papa Francisco a Santa Cruz
En la celebración, Gualberti recordó que todos ellos, voluntarios de la fe, habían sido elegidos por Dios para hacer que la visita del Santo Padre toque a miles de otros seres que están esperando la visita del Papa.
Dos mil de ellos son los denominados "ministros extraordinarios de la comunión”, hombres y mujeres católicos que se han ofrecido y han sido preparados para impartir la comunión a los fieles que asistan a la misa que el jueves 9 de julio ofrecerá el papa Francisco en el Cristo Redentor. Cada uno de ellos proviene de una parroquia y estarán ordenados por sectores en toda el área dispuesta para recibir a los asistentes: seis cuadras a la redonda del emblemático Cristo.
Marinés Núñez es una de ellas. Ha asistido durante dos fines de semana a una capacitación especial para poder brindar la comunión durante esta ocasión especial. El padre Miguel Limón, párroco de la Iglesia La Macarena de Santa Cruz, fue el responsable de las charlas, en las que se trabajó en la fe de los voluntarios y en la responsabilidad con esta especial misión.
"Estamos agradecidos de ser nosotros quienes podamos acercarnos a la gente como seguramente hubiera querido hacerlo el propio papa Francisco. Sabemos que somos privilegiados porque ésta es una tarea verdaderamente importante y estamos agradecidos”, dice Marinés.
Los ministros y ministras extraordinarios de comunión han sido seleccionados de cada una de las parroquias cruceñas y es así como se apostarán el jueves vistiendo uniformes blancos y portando estandartes especiales con la palabra "Comunión”. Cada uno de ellos llevará un copón con 150 hostias que serán dadas a quienes se acerquen a comulgar. "No se trata simplemente de hacer llegar la comunión a los asistentes a la misa que dé el Papa, sino de asumir que en esta ocasión están administrando el Cuerpo de Cristo como ministros especiales”, comenta el padre Limón.
Los 2.000 voluntarios cruceños entrarán en una vigilia de oración la noche previa a la celebración de la misa para prepararse espiritualmente para ofrecer la comunión.
"Es un trabajo muy profundo para una sola y única ocasión”, afirma el sacerdote Limón y comenta que junto a estos ministros estarán otros jóvenes que ayudarán a que el momento de la comunión sea de recogimiento y paz en cada rincón del área destinada a la misa.
Se espera que al menos 300 mil personas comulguen cuando el papa Francisco lo instruya. La misa se llevará a cabo el jueves a las 10:00.
Diez mil jóvenes harán de cordón humano
Francisco Algarañaz tiene 19 años y desde que Jorge Bergoglio asumió como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y adoptó el nombre de Francisco I, él sueña con conocerlo. Por eso fue uno de los primeros en acudir a la convocatoria para ser guardia papal durante la visita que realizará a Santa Cruz a partir de mañana.
Francisco es parte de los 10.000 jóvenes voluntarios que han sido entrenados intensamente para conformar la guardia papal, la misma que será el cordón humano que acompañará el recorrido que realizará el Papa desde el aeropuerto de Viru Viru, a su llegada, hasta el Cambódromo el día miércoles; y luego, el jueves, que bordeará toda el área que acogerá a los fieles durante su homilía.
Los jóvenes, chicos y chicas, han aprendido diversas formas de unir sus manos para la llegada del Papa. Ellos estarán con los brazos unidos, de cara a la gente y de espaldas a la comitiva papal.
"Mi sueño era verlo y tendré que darle la espalda, pero queda en mi corazón el honor de poder servirlo”, comenta Francisco de su tocayo.
El Papa llegará a Santa Cruz el miércoles a las 21:00 procedente de La Paz y dejará la capital oriental el viernes.
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