La Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) confirmó hoy que la gravedad del problema del narcotráfico "amenaza la convivencia pacífica y democrática del país", en un mensaje difundido al final de su asamblea, celebrada en Cochabamba
Los obispos ratificaron así el contenido de una carta pastoral difundida hace unos días, en la que advirtieron que el narcotráfico penetra en algunas estructuras estatales y distorsiona la economía, un mensaje que provocó el rechazo del Gobierno del presidente Evo Morales.
En la misiva difundida este martes, los obispos sostienen que reconocen los esfuerzos y los alcances del Gobierno en la lucha contra el narcotráfico desde hace varios años, pero también aseguran que "hace falta dar pasos más decididos de parte de todos".
Los obispos aseguran en su mensaje que la reflexión pastoral es un llamado a la conciencia y a un diálogo sincero en la sociedad, a fin de que se tome en cuenta "la magnitud y gravedad del problema que amenaza la convivencia pacífica y democrática del país".
"En efecto, el narcotráfico, además de causar drogadicción, trae consigo violencia, corrupción, mentiras, injusticias y muerte", refiere.
Los obispos piden, asimismo, no tener miedo ante "esta realidad nefasta", ni ser pasivos, ni resignados "en afrontar las verdades incómodas que conlleva este problema".
El Gobierno rechazó en los últimos días las advertencias de los obispos sobre el peligro del narcotráfico y tildó sus apreciaciones de "sesgadas" y "temerarias", al tiempo que pidió a los religiosos pruebas de la influencia del narcotráfico en el Estado.
Los obispos han citado los casos de dos exjefes antidroga que están detenidos, uno en EEUU y otro en Bolivia, acusados de relación con el narcotráfico y la captura de un contratista de la petrolera estatal YPFB, también acusado de traficar con drogas.
Bolivia, Perú y Colombia son los principales productores mundiales de cocaína y de hojas de coca del mundo, que son usadas como materia prima para la producción de la droga.
La hoja de coca tiene en Bolivia usos culturales, rituales y medicinales reconocidos en la Constitución, pero una parte importante de la producción de la planta es desviada al narcotráfico para la fabricación de cocaína.
El presidente Evo Morales, que forjó su liderazgo político como cultivador de coca, mantiene -según él de forma simbólica- el cargo de líder de los sindicatos de cocaleros del país. EFE
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