El Vaticano anunció ayer haber finalizado el análisis financiero de su "banco", el Instituto para las Obras de Religión (IOR), que se saldó con el cierre de casi 5.000 cuentas "sospechosas".
"Hemos adoptado una línea muy estricta respecto a cualquier cuenta que no respete" la legislación vaticana, declaró Tommaso Di Ruzza, director de la Autoridad de Información Financiera (AIF) de la Santa Sede, durante la presentación a la prensa del informe de la organización del año 2015.
"Este procedimiento terminó" y "un total de 4.935 cuentas se cerraron", añadió al explicar que se trataba de un "número definitivo".
La AIF lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo. /
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