La secretaría general de la Conferencia Episcopal Boliviana ha manifestado su solidaridad con las personas con discapacidad, ante la violencia que sufrieron en la plaza Murillo. La Iglesia rechaza y denuncia el uso desigual e innecesario de la fuerza ante la desventaja social que tiene los movilizados.
El monseñor Aurelio Pesoa, secretario general de la CEB, dio lectura al comunicado: “Signos de Deshumanización: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
El comunicado señaló que rechazan el uso desigual e innecesario de la fuerza con las personas con discapacidad que solo quieren ser escuchados y atendidos ante su situación de desventaja social.
El uso de agente químicos refleja insensibilidad y falta de humanidad y no se puede callar ante la violación de Derechos Humanos, así como la construcción de rejas que cercan una plaza pública proyectan, una imagen de autoritarismo que no permiten espacios de encuentro en la sociedad.
Toda la ciudadanía y sociedad en sus conjuntos siente indignación y vergüenza por los actos que hablan de los valores humanos que mueven nuestras vidas y de la fe cristiana expresada por la mayoría del pueblo boliviano.
“Llamamos a tener actitudes de verdadera humanidad, a un diálogo fraterno y constructivo en busca de una salida justas en mejores la precaria situación de las personas con discapacidad en nuestro país”, concluye el comunicado.
Por su parte, el arzobispo de Sucre, Jesús Juárez, aseguró que debe responder a las demandas de las personas con discapacidad. Creo que es imprescindible un sincero diálogo por ambas partes y buscar soluciones fraternas, constructivas y duraderas", dijo a los periodistas.
"Yo creo que estos hermanos nuestros merecen atención prioritaria, duele ver cómo son tratados", agregó la autoridad de la Iglesia Católica, en alusión a la reacción de la Policía contra los manifestantes.
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