Ana María Mercado es una ama de casa de 41 años de edad que ayer llegó hasta la zona del Cristo Redentor, donde se construye el altar para la misa que ofrecerá el Papa. Ana no quiere perderse este evento y como buena católica está buscando un lugar donde poder instalar una carpa que le permita pasar 2 o 3 días esperando la misa, ella explica que la fe y emoción de conocer al Sumo Pontífice la motivan en esta travesía.
Vecinos motivados por la fe. Salió temprano de su casa ubicada en el barrio Santa Carla, zona del vertedero de Normandía, desde donde le tomó más de 60 minutos llegar hasta el Cristo Redentor. Ayer paseaba por los alrededores del altar buscando un buen lugar donde instalar una pequeña carpa para 2 personas y un pequeño perro caniche, al que trata como a su hijo, comentó a El Día. "Mi esposo es argentino, él se gana la vida como albañil y por ahora no tiene trabajo, yo le pedí que me acompañe a la misa y estará conmigo los días que sean necesarios para que podamos estar cerca del Papa", relató. María y su esposo Víctor no tienen hijos, pero son amos de un perrito de raza caniche al que no piensan abandonar y lo llevarán consigo a la misa. "Campeón es como mi hijo, él me acompaña a todos lados y cuando estuve enferma sentí que me cuidó, por eso lo quiero traer conmigo", agregó.
Ana paso más de 3 horas deambulando y no encontró a nadie que le brinde datos de en qué zona puede instalar su carpa; "es una pena que nadie esté por aquí ayudando a los peregrinos", dijo.
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