En las afueras de la cárcel de Palmasola los familiares de los presos hacen fila para ingresar en un domingo de visita sin lluvia.
Lo hacen a pocos días de que la máxima autoridad del mundo católico, el papa Francisco, llegue al penal en una visita histórica fijada para este viernes.
“Adentro lo esperan con un pedido vital”, dice una mujer que tiene en la cárcel a un hijo que, según ella, cometió un delito de bagatela y que a tres años de haber sido encarcelado aún no tiene sentencia. “No podemos pagar un abogado particular. El defensor de oficio no sirve para nada”, reniega.
El segundo delegado de los impedidos de libertad del PC-4 de Palmasola, Jimmy Condori Flores, dice que la lista de pedidos al papa no es larga, pero sí muy importante. Le van a solicitar que intervenga para que consigan igualdad jurídica, mejora en la alimentación, en la salud y programas de verdadera rehabilitación.
Ese paquete de pedidos para los reos de Palmasola es un asunto de ‘vida o muerte’, puesto que los problemas por causa de una deficiente alimentación y mala atención en servicios de salud, como también la no existencia de una política adecuada de rehabilitación y la igualdad jurídica lejana son aspectos a los que se enfrentan todos los días sin ninguna luz de esperanza.
Durante los días pasados, en el PC-4, que es conocido como el régimen abierto de Palmasola, los presos vieron un movimiento poco usual: obreros que levantaron una tarima en la cancha de fulbito y que les han dicho que ahí dará un discurso el papa Francisco, a técnicos de una empresa de telecomunicaciones instalando antenas que, según les han explicado, servirán para transmitir a escala nacional e internacional el encuentro con la máxima autoridad del Vaticano.
También nos han informado, cuenta Jimmy Condori, que van a colocar televisores en los PC-2 (de mujeres) y en los bloques A y B de régimen de máxima seguridad de Chonchocorito, puesto que no todos los detenidos recluidos en Palmasola podrán ver en persona al papa Francisco.
El pontífice no solo recibirá de regalo una hamaca y un cuadro tallado por los presos con la imagen de la última cena de Jesús. También podrá disfrutar de tres canciones cuyas letras fueron escritas por los reclusos.
A la entrada del penal esperarán al papa 15 presos vestidos con trajes típicos de diferentes regiones de Bolivia, con bombos, zampoñas y guitarra y le cantarán, a voz en cuello, las tres canciones, cuyas letras están enmarcadas en reivindicaciones sociales.
Así explica Condori, emocionado, que no esconde la puerta de esperanza que se abre para que los impedidos de libertad hagan escuchar sus necesidades más allá de las fronteras del país.
A pocos días de la llegada del papa Francisco a Santa Cruz, el gobernador Rubén Costas visitará hoy el penal de Palmasola inspeccionando las obras que se realizaron con motivo de la visita del papa. Los trabajos consisten en la pavimentación de 800 m2 en la vía de acceso, construcción del encerrado perimetral en el pabellón de mujeres y la mejora de 300 metros de enlosetado
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