miércoles, 6 de marzo de 2013

¿Puede un Papa renunciar a su alto cargo?

En medio de la espectativa que se ha creado en torno a la renuncia del Papa Benedicto XVI, (Joseph Ratzinger) el 11 de febrero de 2013, debido a la presión, según se dice, de los medios, escándalos por los abusos sexuales de menores por parte de curas de la Iglesia Católica y otros aspectos, la desición del Papa se ha convertido en el suceso de este siglo y que está movilizando a millones de personas que integran la Iglesia de San Pedro. Frente a estas circunstancias ¿puede un Papa renunciar a su alto cargo?

En teoría no hay nada que impida a un Papa a tomar un papel de su escritorio y escribir una carta de renuncia al Colegio cardenalicio, el cuerpo de cardenales de la Iglesia Católica y órgano supremo electoral dentro de la institución religiosa. En el Código de Derecho Canónico establece para que la renuncia sea válida es necesario que sea libre y precisa que no puede ser aceptada por nadie. Y “una vez hecha la renuncia y manifestada, en el modo que sea, a la Iglesia por el Romano Pontífice, queda vacante (la sede pontificia) y no puede volverse atrás".

UN POCO DE HISTORIA

Bajo el derecho canónigo las únicas condiciones para la validez de una renuncia de este tipo son que se haga libremente y que sea debidamente publicada. Pero ningún Papa lo ha hecho en los tiempos modernos.

El primero fue el Papa Clemente I (del 88 al 97) quien renunció a favor de Evaristo, porque tras ser arrestado y condenado al exilio tomó esta determinación para que los católicos no se quedasen sin un guía espiritual.

Igualmente, el Papa Ponciano (230 al 235) dejó su cargo a favor del Papa Antero al haber sido enviado al exilio, mientras que el Papa Sil-verio (536 al 537) fue obligado a renunciar a favor del Papa Vigilio.

Más complicada fue la historia de Benedicto IX (del 10 marzo al 1 de mayo de 1045), pues en un primer momento renunció a favor de Silvestre III y después retomó el cargo para pasarlo a Gregorio VI, quien fue acusado de haberlo adquirido ilegalmente y decidió también renunciar.

El caso más conocido fue el del Papa Celestino V, quien ha pasado a la historia como el pontífice del “gran rechazo”, pues su pontificado duró del 29 de agosto al 13 de diciembre de 1294 y después se retiró para vivir durante dos años como ermitaño y más tarde fue declarado santo. Tras su renuncia fue elegido Bonifacio VIII.

Otro Papa que renunció fue Gregorio XII (1406 a 1415), que vivió el llamado Cisma de Occidente, en el que coincidieron tres papas al mismo tiempo: El Papa romano Gregorio XII, el Papa de Aviñón Benedicto XIII y el antipapa Juan XIII. Antes de renunciar, Gregorio XII formalmente convocó a un Concilio de la Iglesia y lo autorizó a elegir su sucesor.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Papa Pío XII elaboró un documento donde aseguraba que si él era secuestrado por los nazis se considerara que había renunciado y que su sucesor debía ser elegido.

Como el Vaticano ha rechazado la publicación completa de sus archivos relativos al pontificado de Pío XII, a causa de una disputa sobre su reacción ante el Holocausto mazi, no hay manera de verificar si la decisión del Papa fue verdadera.

Finalmente el Papa Benedicto XVI es el último pontífice que renuncia a su cargo, luego de anunciar que no continuará con su pontificado.

Elección papal. A partir del siglo XII, la elección de pontífice romano se realiza mediante cónclaves, esto es la reunión del Colegio cardenalicio en los que los purpurados eligen mediante escrutinio secreto al nuevo Papa. Conforme a la normatividad eclesiástica actual el cargo de Obispo de Roma queda libre sola-mente al morir o renunciar válidamente el pontífice en turno, a este periodo donde la Sede Apostólica queda sin titular se le conoce como “Sede Vacante”, por lo que al acontecer esto, se convoca a un Cónclave para elegir nuevamente a la cabeza de la Iglesia católica.

Conforme al Código de Derecho Canónico, solamente el Colegio Cardenalicio tiene com-petencia para elegir al Sumo Pontífice, sin embargo deberán apegarse a la normatividad específica. Dicha normatividad es expedida por el Sumo Pontífice. La que rige actualmente se encuentra contenida en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, expedida por el Papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996, la cual solamente ha sido aplicada una vez tras la muerte de dicho pontífice y para la elección del Papa Benedicto XVI.

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