Creer es bueno, positivo y constructivo, dice el psicólogo Yohonny Ledezma, consultado al respecto del papel que tiene la religión en la preadolescencia. "Sin embargo, esta no se debe imponer, ya que se obtendrán acciones contrarias a las que se desean", dice a los padres. "Todas las personas deberíamos tener fe, ya que si una persona no desarrolla su mundo espiritual probablemente no tendrá rumbo ni objetivo en su vida", añade.
La fe es importante. El experto resalta que se debe inculcar y mostrarle qué camino deben tomar, ellos deben tener la libertad de escoger, ya que a esta edad tienen el criterio para justificar, argumentar y contradecir. "Esto se debe a su etapa de sociocentrismo, entonces imponer no funciona", dice. Sin embargo, alarma que en este proceso se debe tener cuidado con ellos, ya que en el afán de la búsqueda de su identidad muchas veces por falta de argumentos o por diferentes nominaciones pueden quedar confundidos.
No deben sentirse presionados. El gran error, dice Ledezma, es querer que el hijo sea lo que el padre es. "Este es un error garrafal", precisa. La enseñanza del padre no debe ser hacia una religión, sino a una fe. "El saber que es amor", enfatiza. La diferenciación que ellos puedan hacer de la religión los puede llevar a la confusión. Generalmente la religión viene heredada, ya que si los padres son católicos, los hijos también tienen que ser de esta religión.
Asimismo, el profesional puntualiza que se debe saber por qué motivo los hijos quieren o no asistir a la iglesia. Ellos pueden asistir a la iglesia por distintas razones y no siempre será la afinidad con la religión, sino ser otras las causas como por ejemplo pasar un rato con los amigos, compartir con un grupo. También puede pasar lo contrario, quizás no quieran ir por no estar con la familia o porque se sienten presionados. Ante estos dos últimos casos, dice Ledezma, el cumplimiento es por temor y miedo y no así por entrega y amor, por lo que agrega que esto puede ocasionar una crisis emocional.
Enseñe con el ejemplo. Para la psicopedagoga Ruby Toledo, lo fundamental es enseñar a amar. Ello le ayudará a que esa persona, más adelante, cuando escoja una iglesia donde asistir, no lo haga por los amigos, el entorno, sino por la palabra y la enseñanza que va a recibir. No obstante, recomienda a los padres que quieren que sus hijos sigan su misma religión, participar de este proceso. De lo contrario, se puede crear una confusión y decepción en los niños.
Padres de mente abierta. La profesional subraya que en este aspecto se debe ser de mente abierta y aceptar si el niño se resiste a formar parte de su religión. "Tampoco es bueno que los niños sean tan fanáticos, puesto que empiezan a satanizar y comienzan a juzgar. Este último aspecto puede afectar a los padres, ya que en algún momento también los pueden juzgar", concluye Toledo.
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