El segundo cónclave del tercer milenio, del que saldrá el sucesor de Benedicto XVI, comenzará el martes 12 de marzo. La decisión fue asumida ayer por el Colegio Cardenalicio tras cinco días y ocho reuniones preparatorias.
El martes se celebrará en la basílica de San Pedro del Vaticano la misa “Pro eligendo Romano Pontífice”, a la que podrán asistir los fieles, y ya por la tarde los 115 cardenales electores entrarán en la Capilla Sixtina para comenzar el cónclave. Esa misma tarde pueden comenzar a votar.
El pasado 25 de febrero, Benedicto publicó un “motu proprio” (documento papal) por el que dio libertad al Colegio de Cardenales para que pudiera anticipar el cónclave, lo que ha ocurrido.
“Dejo al Colegio Cardenalicio la facultad de anticipar el inicio del cónclave si consta que están presentes todos los cardenales electores, como también la posibilidad de atrasarlo si hay motivos graves...”, precisó Benedicto en el documento.
Benedicto, en 2007, con el “motu proprio” “De aliquibus mutationibus in normis de electione Romani Pontefici”, suprimió algunas normas e impuso otras en la Constitución apostólica “Universi Dominici gregis”, de 1996, aprobada por Juan Pablo II, sobre la elección de los papas.
Con el último “motu proprio”, además de conceder la facultad de adelantar la fecha, también cambió algunos puntos como aumentar a ocho el número de ceremonieros, y que, si se da el caso, los dos cardenales más votados en el cónclave no puedan ellos emitir su voto para evitar que uno pueda dar el voto al otro y así no ser elegido.
También se incluye en la fórmula de juramento de los cardenales la pena de la excomunión en el caso de que violen el secreto de elección del Sucesor de Pedro. El próximo papa necesitará en todas las votaciones la mayoría de los dos tercios de los votos de los cardenales asistentes.
Los purpurados volverán a reunirse hoy en el Aula Nueva del Sínodo, lugar de las congregaciones generales desde hace días.
Los purpurados analizaron ayer el papel de la mujer en la Iglesia (este viernes fue el día mundial de la mujer trabajadora), el diálogo interreligioso, la bioética y la misericordia tras analizar en días pasados la nueva evangelización y las relaciones de la curia con los episcopados de todo el mundo.
El escándalo Vatileaks, la publicación de documentos que revelaron intrigas y enfrentamientos en la curia vaticana, dominada sobre todo por italianos, también fue tratado por los purpurados, especialmente por los venidos de fuera de Italia.
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