El papa Benedicto XVI afirmó ayer, festividad del Corpus Christi, que el mundo globalizado no se puede construir sin Dios, ya que si fuese así se abriría el camino hacia la confusión, el individualismo y al enfrentamiento.
El pontífice hizo estas declaraciones ante varios miles de personas que asistieron en la basílica romana de San Juan de Letrán, la Catedral de Roma, a la misa solemne que ofició con motivo del Corpus Christi y a la posterior procesión por las calles del centro de la Ciudad Eterna.
"En este tiempo en el que la globalización nos hace cada vez más dependientes los unos de los otros, el cristianismo puede y debe lograr que esa unidad se construya con Dios, es decir el verdadero amor, ya que de lo contrario daría lugar a la confusión, el individualismo y el enfrentamiento de todos contra todos", afirmó el Papa.
En una homilía en la que resaltó la importancia de la eucaristía, el Obispo de Roma aseguró que el Evangelio siempre mira a la unidad de la familia humana, "una unidad -dijo- no impuesta desde lo alto, ni por intereses económicos o ideológicos, sino a partir del sentido de responsabilidad de los unos hacia los otros".
Agregó que los cristianos, que se reconocen miembros de un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo, han aprendido y aprenden constantemente que compartir "es el camino de la verdadera justicia".
Añadió que quien reconoce a Jesús en la hostia consagrada, lo reconoce también en el que sufre, en el que tiene hambre y sed.
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