Así, el purpurado que, de cualquier modo, revele a cualquier otra persona, información sobre la elección del Pontífice podría incurrir en la pena de la excomunión, según se ha puesto de manifiesto durante un ´briefing´ ofrecido este viernes por el secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Juan Ignacio Arrieta, informó elmundo.es que cita como fuente a Europa Press.
Según la Constitución Apostólica Universi Domini Gregis, todos los cardenales deben prestar juramento de observar las disposiciones contenidas en la Constitución apostólica y de guardar el secreto. Además, indica que este juramento debe hacerse en presencia del resto de cardenales.
"Nosotros, Cardenales de la Santa Iglesia Romana, del orden de los Obispos, del de los Presbíteros y del de los Diáconos, prometemos, nos obligamos y juramos, todos y cada uno, observar exacta y fielmente todas las normas contenidas en la Constitución apostólica Universi Domini Gregis del Supo Pontífice Juan Pablo II, y mantener escrupulosamente el secreto sobre cualquier cosa que de algún modo tenga que ver con la elección del Romano Pontífice", juran.
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