Los pecados de la carne, la fornicación, las relaciones
homosexuales en la cúpula vaticana... En eso se centraba este jueves el
diario ´La Repubblica´, en el primero de una serie de artículos en los
que desmenuza los graves problemas que afectan a la curia y que asegura
que ha desvelado al Papa la investigación interna realizada por los
cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. El de hoy
habla de dinero. Y tiene un claro protagonista: el cardenal Tarcisio
Bertone, secretario de Estado Vaticano y el brazo derecho de Benedicto
XVI.
El nombre de Bertone ya se deslizaba en el reportaje de este
jueves a propósito de la existencia de un ´lobby gay´ en el Vaticano.
Pero es en el de hoy donde irrumpe con fuerza. Bertone, siempre según
´La Repubblica´, habría boicoteado sistemáticamente los intentos de
hacer limpieza en el IOR, el banco vaticano, para adecuarlo a la
normativa internacional contra el lavado de dinero.
"La comisión
puesta en marcha en 2011 para hacer limpieza en el IOR fue desmantelada a
los seis meses de ser establecida. ¿Por quién? Por el secretario de
Estado, Tarcisio Bertone", señala el artículo escrito por la respetada
periodista Concita De Gregorio, en el que se subraya como todos los
miembros que formaban parte de ese equipo han sido apartados de sus
puestos.
Un ejemplo: el cardenal Attilio Nicora, presidente de la
Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede, acaba de ser
apartado del cargo que tenía en la Comisión Cardenalicia de Vigilancia
del IOR, para hacer sitio a un hombre de Bertone.
"Las finanzas
vaticanas están controladas por el secretario de Estado", asegura ´La
Repubblica´, que denuncia que Bertone ha puesto a hombres de su
confianza en todos los cargos importantes relacionados con las finanzas
vaticanas.
El verdadero problema, siempre según el diario romano,
es cómo funcionan las finanzas vaticanas. En el banco de la Santa
Sedesólo pueden abrir una cuenta religiosos, institutos religiosos y
ciudadanos vaticanos. Pero cualquier titular de una cuenta (y en el IOR
hay 25.000) puede autorizar a otra persona para que opere en su cuenta.
Un
párroco, por ejemplo, puede abrir una cuenta y autorizar pongamos por
caso a un mafioso a que opere en la misma. Y no existe registro de esas
autorizaciones. Bueno, existe pero nadie puede acceder a él. "Está claro
que cualquiera puede lavar dinero en el IOR", sentencia La Repubblica.
"Bin Laden podría tener dinero en el Ior. Y también las mafias, los
políticos que cobran comisiones... Es una enorme lavadora, el vientre
oscuro de los intereses personales".
Tan sólo el director general
del IOR, Paolo Cipriani y hombre muy próximo a Bertone, conoce quienes
son los titulares de las cuentas del banco vaticano. Ni siquiera Ettore
Gotti Tedeschi, presidente del Banco vaticano hasta su destitución
fulminante en mayo del año pasado (a causa precisamente de su defensa de
la transparencia) conocía la lista de titulares de cuentas en el IOR. Y
tan solo Ciprinai conoce la lista de personas que, sin ser titulares,
están autorizadas a operar en las cuentas del IOR.
´La
Repubblica´ denuncia que, para dar la imagen de que el IOR está
colaborando en hacer transparentes sus operaciones, Bertone y sus
hombres decidieron autorizar a la Justicia para que investigara sobre
cuatro casos menores. Pero, siempre según el diario romano, se trataría
de una mera estrategia para despistar. Y mientras tanto, el IOR seguiría
a lo suyo... Funcionando como una gran lavadora de dinero.
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