El anuncio del alejamiento de Benedicto XVI del Papado, en la historia de los 2000 años de vigencia de la Iglesia Católica Apostólica de Roma, se ha convertido ayer en el suceso internacional del día, que movilizó a millones de personas que conforman la Iglesia de San Pedro en el mundo y quienes, junto a sus pastores locales, dedicaron sus oraciones para una pronta elección de un futuro Papa que conduzca la más importante congregación mundial.
La noticia en Bolivia ha movilizado a las congregaciones eclesiales en las grandes ciudades del país, a las comunidades eclesiales de base asentadas en gran parte del territorio nacional y bajo la conducción de sacerdotes, párrocos y otras autoridades, ofreciendo sus oraciones y destacando el Pontificado de Benedicto XVI que tuvo un lapso de 7 años.
De acuerdo con las agencias de noticias ANF - Bolivia y EFE de España, los países profundamente cristianos o católicos son México y Brasil, seguidos por Bolivia, cuya población en un 80 por ciento se identifica plenamente con la fe en Dios, la Virgen y Jesús de Nazaret, además de convertirse en la más grande expresión del sincretismo de América del Sur. Estas demostraciones de profunda fe, no solamente son expresiones propias del Carnaval de Oruro sino que se manifiestan en los nueve departamentos, en cada una de las poblaciones intermedias y pequeñas, donde se celebra durante todo el año las Fiestas Patronales.
Después de 600 años, el Papa Benedicto XVI ha hecho noticia al anunciar su abdicación, la cual se hará oficial el 28 de febrero próximo. En un comunicado dirigido a la comunidad católica, el sumo pontífice señaló que su avanzada edad no le permitirá continuar con sus labores papales.
La última renuncia de un Papa a su pontificado se remonta al año 1415, luego de que Gregorio XII dimitiera al cargo 1415 como parte de un acuerdo para poner fin al Gran Cisma de Occidente entre varios papas que se disputaron la autoridad pontificia.
Según la agencia EFE, con Benedicto XVI serían ocho los papas que han renunciado al cargo. Estas renuncias han sido provocadas muchas veces por motivos políticos. Sin embrago, según los historiadores solo cuatro lo hicieron por voluntad propia.
El primero fue el papa Clemente I (del 88 al 97) quien renunció a favor de Evaristo, porque tras ser arrestado y condenado al exilio decidió que los católicos no se quedasen sin un guía espiritual.
Igualmente, el Papa Ponciano (230 al 235) dejó su cargo a favor del Papa Antero al haber sido enviado al exilio, mientras que el Papa Silverio (536 al 537) fue obligado a renunciar a favor del Papa Vigilio.
Más complicada fue la historia de Benedicto IX (del 10 marzo al 1 de mayo de 1045), pues en un primer momento renunció a favor de Silvestre III y después retomó el cargo para pasarlo a Gregorio VI, quien fue acusado de haberlo adquirido ilegalmente y decidió también renunciar.
El caso más conocido fue el del Papa Celestino V, quien ha pasado a la historia como el pontífice del “gran rechazo”, pues su pontificado duró del 29 de agosto al 13 de diciembre de 1294 y después se retiró a una vida de eremita. Tras su renuncia fue elegido Bonifacio VIII.
El último Papa que renunció fue Gregorio XII (1406 a 1415), que vivió el llamado Cisma de Occidente, en el que coincidieron tres papas al mismo tiempo: además de Gregorio XII, el papa de Roma; Benedicto XIII, el papa de Avignon, y el llamado “antipapa” Juan XXIII.
Con el concilio de Constanza, el emperador Segismundo obligó a dimitir a los tres pontífices, pero sólo Gregorio XII obedeció y después de él fue elegido Martín V.
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