El arzobispo de Sao Paulo, Odilo Scherer, de 63 años, jefe de la mayor arquidiócesis del país con más católicos del mundo y un fuerte candidato a ser designado Papa, es un conservador moderado con don de gentes y fama de abierto y de buen administrador.
El mes próximo, Scherer y más de un centenar de cardenales se reunirán en secreto en la Capilla Sixtina de Roma para elegir a uno de ellos como sucesor del papa Benedicto XVI, de 85 años, que renunciará a su puesto el 28 de febrero tras afirmar que le faltaban fuerzas para realizar el trabajo.
Scherer, un brasileño de origen alemán, es considerado uno de los candidatos más fuertes de América Latina junto al cardenal Leonardo Sandri, un argentino de origen italiano que trabaja en el Vaticano como prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
El arzobispo acompañó al Papa en gran parte de su última visita a Brasil -el país con más católicos del mundo, 123 millones en una población total de 194 millones- en mayo de 2007.
"La mejor apuesta" "Diría que Scherer es la mejor apuesta", dijo el estadounidense John Allen Jr, un respetado experto en el Vaticano y autor de varios libros sobre la Iglesia católica.
"Tiene una buena reputación y es admirado aquí (en el Vaticano)", dijo Allen recientemente al diario O Globo.
El padre Jose Antonio Trasferetti, profesor de teología moral en la Universidad Católica de Campinas, al sur del estado de Sao Paulo, conoce bien a Scherer.
"Fuimos colegas de 1989 a 1991 en Roma, donde hicimos nuestros estudios doctorales de teología juntos", dijo a la AFP.
Scherer "tiene todas las cualidades para ser un buen Papa", estimó Trasferetti, quien lo describió como un "conservador moderado" en asuntos como doctrina y temas sociales.
"Tiene la cabeza abierta, es un buen comunicador y un buen administrador. Es la persona correcta para abrir un diálogo entre las varias facciones dentro de la Iglesia", afirmó Trasferetti.
Scherer, añadió, conoce bien los problemas sociales de Sao Paulo, una enorme ciudad cosmopolita de 11 millones de habitantes donde supervisa parroquias con altos niveles de pobreza, violencia, desempleo entre los jóvenes y falta de servicios básicos.
Posmoderno En el sitio web de su arquidiócesis y en diarios, el arzobispo de Sao Paulo expone regularmente sus opiniones sobre grandes temas. También es muy activo en Twitter, y cuenta con 20.000 seguidores en su cuenta @DomOdiloScherer.
En el pasado, ha criticado a la Teología de la Liberación que nació en América Latina y fue marginada por Benedicto XVI por utilizar "el marxismo como herramienta de análisis", aunque ha apoyado su lucha contra la injusticia social y la pobreza.
Scherer es un tradicionalista, precupado sobre la creciente fuerza de las iglesias evangélicas a expensas del catolicismo en el país.
Los cristianos evangélicos han subido de 26,2 millones (15% de la población) en 2000 a 42,3 millones (22%) en 2010, mientras la proporción de católicos ha caído a 63%, contra 73,6% en 2000.
En el pasado, ha criticado al padre católico Marcelo Rossi, un cura mediático con estilo evangélico que ha vendido millones de discos, DVD y libros, para intentar ganar más fieles católicos o al menos retener a los actuales.
"Los curas no son celebridades del espectáculo", dijo Scherer en 2007. "La misa no debe transformarse en un show".
No obstante, asistió en noviembre a la misa de Rossi que inauguró el mayor templo católico de Brasil, con capacidad para 100.000 personas.
A comienzos de febrero, el cardenal Scherer indicó que la Iglesia católica ha enfrentado desafíos durante sus dos mil años de vida, pero que ahora necesita hacer frente al reto de la "posmodernidad".
El arzobispo se refería así a "una cultura sin valores de referencia sólidos" y a una subjetividad "que lleva al relativismo total".
También estimó que la nacionalidad y la edad no deben ser factores esenciales en la elección de un nuevo Papa.
Scherer nació el 21 de septiembre de 1949 en una familia de origen alemán de Cerro Largo, un pueblo de 13.000 personas en el estado de Rio Grande do Sul (sur de Brasil), en el corazón de las misiones jesuíticas guaraníes.
Ordenado sacerdote en 1976, Scherer obtuvo un doctorado en teología sagrada en Roma en 1991.
Integró la Congregación para Obispos en la Curia Romana de 1994 a 2001 y fue secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil desde 2003 a 2007.
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