El cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI se iniciará a mediados de marzo en la Capilla Sixtina, en un clima anómalo porque se celebrará, por primera vez en siete siglos, con el pontífice saliente en vida.
La ausencia de honras fúnebres multitudinarias, de misas de duelo y de un solemne entierro transmitido por las televisiones y medios de todo el mundo, como sucedió en 2005 con Juan Pablo II, marcará el cónclave más insólito de la historia reciente de la Iglesia católica.
La Constitución Apostólica prevé que se celebre entre un “mínimo de 15 días y un máximo de 20 días después de que el Papa muera o renuncie a su cargo”. De todos modos, la fecha definitiva del cónclave será fijada por los cardenales, precisó Federico Lombardi, quien reconoce que tuvo que consultar a expertos en derecho canónico, con el fin de obtener una determinación precisa sobre el futuro cónclave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario